lunes, 12 de octubre de 2009

La revista Sputnik: los recuerdos que nos trae

Hace unos pocos días pasaba por la calle Drottningatan  de la ciuadad de Estocolmo y no pude evitar toparme con la librería latinoamericana (Drottninggatan 92). Esta librería fue el centro de la organización sueco – cubana en Estocolmo. Cada vez que uno tenía que pasar por esta calle no dejaba de saltarle a la vista todo el santoral castrista convertido en iconos de grandes dimensiones. Además de reconocer los rostros de los que se encuentran los cubanos en los eventos tantos de la sueco-cubana como los eventos de los cubanos que la sueco-cubana ha visitado. Las mismas caras que en muchos los eventos las hemos visto amenazante y de mal humor gritando ofensas contra los cubanos.

Sputnik

La imagen que da la librería es otra, más que todo parece ahora un acogedor café Internet, con un personal que nada recuerda al anterior y si amable, que se ha convertido en un lugar agradable. Si se mira atentamente al lugar no solo le han bajado el tono político sino que no tiene nada que ver con eso y parece en verdad una cosa culturar, sobretodo porque uno tiene la oportunidad de escuchar y hablar el idioma de uno.

Parecía como si hubieran escondido los iconos castristas que deambulaban por el local aquel, y no se por qué me recordó algo de Cuba. ¿Quién no recuerda aquellas inspecciones que se realizaban a veces de los centros de trabajo y estudios cuando alguien iba a ser promovido para un puesto de trabajo, una beca o cuando después de largos años de trabajar en la microbrigada optaba por un apartamento? El caso es que casi siempre se formaba tremendo alboroto en algunas casas, sobretodo si uno de los integrantes del núcleo familiar tenía ideas religiosas (término que se usaba en aquella época), y lo expresaba de una u otra forma y de esto quedaba algo visible. Me refiero en este caso a las bóvedas espirituales con vasos de agua, cruces, imágenes de santos, rosarios, Biblia, vasos de agua debajo de la cama y todo aquello que pudiera servir de utensilio para culto de cualquier categoría. Pero a veces no bastaba con eso sino que había que revisar dentro de la casa que no hubiera ningún vaso de agua que pudiera interpretarse por los “inspectores” como un indicio de que esa persona o familia compartía ideas religiosas.

Cuando uno no ve toda aquella parafernalia visible entonces piensa que el lugar se ha convertido en un lugar normal y se decide a mirar por curiosidad. En una de las cajas que hay expuestas en las afueras estaba una serie de libros y revistas que las vendían por un precio casi irrisorio. Habían novelas, un libro que trataba de los cinco espías que se han condenado en Miami, y una colección de revistas Sputnik, y no cualquier Sputnik, sino ejemplares venidos de finales de los 80, del tiempo en que precisamente la Perestroika tomaba fuerzas.

Sputnik de aquella época fueron los mejores de todos, los articulos se convertían cada vez en más y más candentes cuestionamiento al mundo comunista. En Cuba fue interesante ver como los viejos comunistas, los que pertenecían al partido y los comecandela se quedaban todos desconcertados ante las críticas al sistema que provenían de la “mata” es decir la misma Unión Soviética.

Se dice que Spuknit alcanzó en Cuba su punto máximo con aquel número en que la portada estaba ilustrada con una imagen de Stalin pisando con sus botas un campo de flores en el que cada flor tenía una cara de un niño. Ese número no se vendió abiertamente en los kioscos de aquellos tiempos, pero si se dejaron ver uno que otro ejemplar, gentes que de casualidad y con tremenda suerte lo lograron comprar.

Hubo un tiempo en que se estuvo informado de lo que pasaba en la Unión Soviética, el tiempo duró hasta que se suspendió la venta de los Sputnik. Cuando eso ya se habían suspendido la muy controversial “Novedades de Moscú”, que si venía con una información aun más detallada del curso que tomaba la Perestroika. Llegó el momento que desaparecieron las revistas y publicaciones soviéticas en Cuba antes de que la misma Unión Soviética desapareciera.

El Sputnik que pude comprar fue el de marzo de 1988. En ese año en que ya se hablaba abiertamente del fenómeno estalinista y que en este numero vendría explicado en forma de una novela, “Los hijos de Arbat” de Anatoli Ribakov, una descripción de la personalidad de Stalin, la lógica de sus acciones. En aquel año tomaban fuerzas las conversaciones sobre la disminución del arsenal atómico entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, conversaciones que materializaron en los encuentros entre Mijaíl Gorbachov y Ronald Reagan. En el mundo podía respirar después de años de gran tensión por la aproximación de una confrontación nuclear. Parecía el principio de la destrucción de toda clase de armamento y el futuro libre de toda clase de arsenal nuclear.

En este número se le dedica un espacio a la moda soviética que de la noche a la mañana, y con libertad para la creatividad, se llenaba de colores y formas que rompían con la norma comunista estricta. ¿Quién no recuerda las ropas cheas con la que tuvo que andar uno en Cuba? Al no ser que tuviera uno un familiar en Miami que te mandara alguna que otra ropita que rompiera con la ropa horrible esa de las tiendas, estaba uno condenado a vivir con las cosas que te daban en la tienda. A propósito de ropa chea y bola, aquí en Estocolmo se suele reconocer a las rusas unas veces por el idioma en el caso de las jóvenes y por como van vestidas (con la ropa esa chea característica de antes cuando el comunismo) y en este caso son por lo general señoras mayores.

En la sección de cartas da la casualidad que publican en ese número una misiva de un cubano. Él mismo dice llamarse Andrés Miguel Pérez de Camagüey y realiza un comentario sobre un articulo aparecido en el Sputnik número 4 de 1987. Andrés en su comentario analiza la relación entre el amor y la civilización, que esta última lleva consigo la culpa de que el amor desaparezca y por eso mientras más civilizados seamos entonces seremos menos capaces de amar. El autor de la epístola piensa que el amor desaparecerá.

Muchos cubanos tienen muy buenos recuerdos de Sputnik y muchos se lamentaron por la desaparición de tal publicación. Sputnik tenía secciones muy interesantes que relataban sobre otros lugares, muchos de ellos en la misma Unión Soviética, que uno por lo menos se imaginaba que eran mejor que en el que estaba viviendo. Con Sputnik se escapaba uno de la realidad que le tocaba vivir a uno en Cuba, con todas las carencias y los problemas. Ahora lo que creo que para lo que no se uso nunca fue de “paraculo” como el Gramma, el Juventud Rebelde, Bohemia, Dedete, Tribuna de la Habana, al no ser que alguien haya logrado transformar el duro papel de Sputnik en algo flexible y pasable.

Si de Sputnik se habla hay que reconocer que tal publicación forma parte de la memoria colectiva de más de una generación. Así como forma parte de esta memoria los muñequitos rusos, las películas rusas de guerra, los kikos plásticos y otras más. Sputnik es símbolos de dos tiempos, un tiempo que mostraba una realidad que apenas se podía mover, y un otro tiempo símbolo de cambio.

21 comentarios:

Carlos Enrique S. Vega dijo...

Lástima, mi madre tenía una amplia colección de esta revista. En la actualidad no sé qué fue de ella...

De lo poco que recuerdo (la hojeaba cuando niño) es de ciertas tiras cómicas de un gato y una niña y otras tantas que ya no recuerdo.

De sus artículos, por mi edad poco o nada recuerdo ¡Que pena!

Anónimo dijo...

recuerdo los paisajes rusos q publicaban aun tengo esas imagenes en mi retina

Anónimo dijo...

Pues como a todos los viejos comunistas nos invade la nostalgia y Yo si guardo mis revistas de Sputnik.
Saludos desde Ciudad Juarez Mexico.
franciscomartinez?mx@yahoo.com

Anónimo dijo...

yo si la lei un tiempo mientras la conseguia en mexico, despues ya no, las guardo con cariño, en mexico como en occidente del planeta nos han hecho creer que todo en rusia es malo y de mala calidad, creo que no es cierto, los respeto mucho, Mexico es un desastre actualmente y pobre, pero Rusia es RUSIA

Anónimo dijo...

¡Qué casualidad!, de 6 revistas Sputnik que tenemos en casa, una de ellas es la que compraste en Estocolmo. Vivimos en España y no nos ponemos de acuerdo sobre cómo llegaron a nosotros estas revistas. Veo que en Madrid había una librería que las vendía pero entonces no vivíamos allí. Puede que llegaran a nosotros a través de unos familiares mexicanos. Habrá que preguntar a madre. Un saludo

Ippi dijo...

Sputnik, amo esa revista. Yo tambien tengo algunos ejemplares. Me tocó cuando publicaron todo sobre los olimpicos de moscú, el osito MIsha, la ropa de la delegacion de la Urss Y los detalles de la Villa olimpica...que bonito.

Anónimo dijo...

Hola, si que eran buenas revistas que aún lo hacen a uno imaginar un mundo distinto. Tengo algunas en casa, varias de ellas las conseguí como tú y sí, me las vendieron como papel usado, siendo tan escasas.

Las cuido mucho y jamás las vendería, pero me parecen tan bonitas e interesantes que recientemente les dediqué mi blog, que intentaré actualizar como me sea posible.

Excelente material sin duda...

Anónimo dijo...

¡Qué pena que revistas como esta ya no existan! Les transcribo la carta de un lector, aparecida en la página 29 del número de febrero de 1982 (el que tiene un jugador de hockey en la portada):

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¿HAY VIDA EN MARTE?
Me alegró mucho la publicación de "Stonehenge: ¿un mensaje del cosmos?" (Spútnik N°12/81): el artículo es tan verosímil y comprensible que el título "En el mundo de las hipótesis" no me parece muy adecuado.
Materiales como este despiertan el pensamiento y la imaginación, nos obligan a nosotros, los lectores, a buscar un punto de vista propio, aunque resulte a veces erróneo. El futuro mostrará si tenía razón el autor del artículo, pero yo personalmente creo en la existencia de civilizaciones extraterrestres. ¿Y ustedes?

Josip STOKOVIC
Sarajevo (Yugoslavia)

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Las revistas de hoy día no despiertan ni el pensamiento ni la imaginación, sólo alienan y meten ideas ajenas a presión. Es parte de la cultura mercantil y borrega que sufrimos en el siglo XXI.

Anónimo dijo...

si el periodismo continuara como el que ha ejecutado SPUTNIK durante muchos años,la estupidez, la ignorancia, el amarillismo y la falta de profesionalismo; hoy en día esas faltas tendrían cárcel y serian juzgadas por su grado de especulación y difusión.
para mi seria un honor tener mas ediciones y felicitar a los creadores de tan magna obra.

Anónimo dijo...

Yo tengo en mi poder un ejemplar de Sputnik en español, el número qe en la tapa tiene la foto de una modelo luciendo un pañuelo de seda.. Me la regaló mi padre en el 2009; la encontró en un armario del lugar donde trabajó ese año.......
Me gustaría conseguir más; pero me parece qe es una empresa complicada.
:)

Anónimo dijo...

soy colombiano idealista y me gustaria comprar a quien tenga una coleccion de la revista sputnick ya que la que tenìa la perdi en un desastre, correo electronico quiko1200@hotmail.com gracias

Anónimo dijo...

Saludos. Revisando unas cajas con libros que me obsequiaron, encontré 23 revistas Sputnik en buen estado. Como no las colecciono quiero venderlas. Si hay algún interesado en comprarlas puede escribirme al correo jabrizuela333@hotmail.com. Vivo en Venezuela

Anónimo dijo...

hola, tengo una colecion de alrededor de 80 revistas Sputnik, no las colecciono y quisiera venderlas.
mi correo es. Malek_a074@yahoo.com
colombia.

Anónimo dijo...

Hola, colecciono la revista Sputnik y me faltan dos ejemplares. Los números 8 y 9 de agosto y septiembre respectivamente, del año 1988.- Mi correo: viajeroperenne@hotmail.com
Gracias.-

Anónimo dijo...

Viniendome a la memoria recorde con agrado esta revista.siempre la compraba en Cuba en los estanquillos.me gustaban muchisimo sus secciones. Lastima en todos los sistemas politicos hay errores y fracasos (que muchas veces se critican mas a lis Socialitas porque el sistema capitalista no se guarda de pelos en la lengua ni pa decir que hizo fulano o ciclano cosas que descreditan muchos lideres....pero bueno dicen que el capitalismo es lo mejor y yo que lo conozco ahora como buen cubano digo ...SOLAVAYA ECHA PA ALLA ESO..JAJAJA

Anónimo dijo...

Yo particularmente siento mucha nostalgi de todo lo sovietico, creo que me sovietise tanto que todos los periodicos que leo todos los dias de mi vida, son de Rusia, la verdad siento que amo a Rusia como mi segunda patria, daria mi vida por dos paises en el mundo, Cuba y Rusia, en cuanto a Sputnik, conservo unas cuantas revistas guardadas en la casa de mi madre en Cuba, ojala volviera a editarse otro dia, la necesito, tambien guardo el mejor libro de cuentos q tuve en mi vida, se llama Cuentos y Estampas, es el mejor. Quiero antes de morir irme a vivir unos años a Rusia, ya vivi en EEUU pero eso capitalismo es venenoso ahora vivo en otro pais y de aqui para Cuba o para Rusia. Saludos para todos los hermanos cubanos y rusos.

Anónimo dijo...

Busco un artículo relativo a unos anteojos bifocales esferoprismáticos. Si alguien tiene información, mi correo es maruizhe8@hotmail.com

Anónimo dijo...

Por supuesto, el artículo fue publicado en una revista Sputnik y revierte el uso de anteojos.

Anónimo dijo...

que gusto ver esto, cuando vi unas de las portadas recorde, que en casa de mis Papas las tego guardadas las revistas y un mapa de los grupos de la URSS

Anónimo dijo...

LA REVISTA FUE EL MOTIVO QUE SEA INGENIERO CIVIL LEIA Y ALUCINABA SUS ARTICULOS.

Karlos Noir dijo...

Era fan de esta revista!

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