domingo, 11 de octubre de 2009

Antiamericanismo de nuevo tipo

 

El premio Nóbel de la Paz que se la otorgado al presidente de los Estados Unidos, Barac Obama ha desatado un antinorteamericanismo de nuevo tipo. No son todos los que se alegran con esta clara victoria política del presidente norteamericano, sólo una minoría. El antinorteamericanismo se establece como ideología política al finalizar la Segunda Guerra Mundial, encabezadas por las ideologías europeas que entre otro desataron la guerra. Tras la defunción de la Unión Soviética el antinorteamericanismo se enriqueció con la ideología islamista apoyada por las izquierdas en muchos casos. A este tren del antinorteamericanismo se les suman los antiamericanos de nuevo tipo.

El antinorteamericanismo de nuevo tipo, en sus duras criticas contra el presidente, advierten que el presidente Obama no ha hecho nada para merecerse el premio, además que alegan que el premio tiene un basamento político. La prensa sueca del día de hoy 11 de octubre de 2009 se hace eco de la próxima ofensiva militar que el ejército paquistaní realizará contra los enclaves de la guerrilla talibana en ese país. Las relaciones con Rusia que han ido de un punto de conflicto cuando la era Bush hasta el de la colaboración militar, cuando la misma Rusia se ha dispuesto a prestar su territorio para el paso de armamento y logística (además de cuantas otras cosas más que no se sabe pues porque no se hacen publicas). Las relaciones con el pueblo cubano, con la apertura del envío de remesas, los viajes y los contactos con el pueblo cubano. Y lo más importante que ha hecho Obama para merecer el premio Nóbel, enterrar la impopularidad que ha caracterizado a los presidentes norteamericanos en el mundo.

imageBienaventurados los que trabajan por la Paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios. (Evangelio de San Mateo)

Está claro que en el  otorgamiento de los premios Nóbel hay un trasfondo y un significado político. El primer norteamericano que recibió un premio Nóbel fue el presidente Theodore Roosvelt con el de la paz. El premio se le otorgó en el año 1906 por su actuación como mediador en la guerra ruso-japonesa de 1905. En 1973 recibe el premio Nóbel Henrik Kissinger por su labor en las conversaciones entre el presidente Nixon y Brézhnev. También le fue reconocida su labor para alcanzar el fin de la guerra de Vietnam, el premio lo compartió con el vietnamita Le Duc Tho. Kissinger se le recuerda también por su gestión para mejorar las relaciones entre Estados Unidos y China. Andrej Zajarov, pacifista y fundador de la comisión de derechos humanos de la Union Soviética en el año 1970, en 1975 es condecorado con el premio Nóbel por la paz, el que no pudo recoger personalmente ya que las autoridades soviéticas no se lo permitieron. Lech Walesa, gana el premio Nóbel de la paz pero como Zajarov no fue a recogerlo, no por que las autoridades polacas no lo dejaran salir sino por miedo a que estas mismas no lo dejaran regresar. Aung San Suu Kyi, recibe el premio en 1991 por su labor a favor de los derechos humanos en Birmania. Al Gore, fue vicepresidente durante la presidencia de Clinton y que ganó el premio Nóbel por la paz en el 2007 por su labor a favor de que se tome conciencia sobre los peligros que asechan a la humanidad con la destrucción del medio ambiente. Aunque la justificación para el premio es todavía en sgrado mucho mayor cuestionable que las razones se puedan tener para que le den el premio a Obama, nunca se le cuestionó ni el premio ni las razones por las que se le dio el premio. Carl von Ossietzky , denunció el militarismo nazi, en 1935 le otorgaron en Nóbel de la paz, premio que no pudo ir a recoger por encontrarse en un campo de concentración.

El antinorteamericanismo de nuevo tipo no puede entender que lo que ha sucedido con la llegada de los demócratas al poder es un cambio generacional. Este cambio se personaliza en la figura del actual presidente, Barac Obama, una generación que no tiene compromiso alguno con los viejos años 60, es decir con la forma de llevar la política entonces cuando todo estaba plagado por el dogmatismo ideológico y la praxis era la violencia revolucionaria o contrarrevolucionaria o imperialista. La generación Obama, es decir, la generación de la post-modernidad que no quiere matarse como en los 60 por “principios” ideológicos, sean del color que sean, ya que esas políticas no han dado ningún resultado , busca las soluciones desde otra perspectiva y no como los antiguos. Se han manifestado nuevos tiempos, estos nuevos tiempos nos imponen contextos nuevos y requieren políticas nuevas. Los nuevos tiempos en políticas viejas harán explotar a esas políticas y harán que se pierdan esos nuevos tiempos, para el vino nuevo vasijas nuevas.

El antinorteamericanismo de nuevo tipo busca precisamente el regreso a las políticas de confrontación y de fuerzas, que como en el caso de Cuba no han resuelto el principal problema que agobia a esa nación, el sistema comunista que impera desde hace cincuenta años. Todo lo contrario, las políticas de fuerzas han hecho que el sistema comunista cubano en vez de debilitarse y desaparecer, se fortalezca y gane en legitimidad en el mundo. Las viejas políticas han fracasado y si nos sumimos a las leyes de la historia, la dialéctica y la racionalidad el resultado está en que debe haber un cambio. Los procesos históricos de la humanidad son irreversibles, en su tiempo el comunismo y el islamismo fueron la contra-evolución histórica al oponerse a la fuerza democratizadora que lideraba Estados Unidos, al igual que el comunismo y el islamismo, el antinorteamericano de nuevo tipo trata de oponerse a la acción democratizadora y liberadora de Estados Unidos. Si el comunismo y el islamismo trataron de llevar a la civilización al esclavismo y el feudalismo  los antiamericanos de nuevo tipo nos quieren llevar un paso o varios pasos atrás en la historia, a la época de las confrontaciones.

Los procesos históricos crean desconcertación a la hora de sus pasos. La historia está llena de estas grandes sorpresas y turbaciones. En los tiempos modernos podemos hablar de el Concilio Vaticano II que dejó a más de un profundo católico boquiabierto y sin saber lo que pasaba cuando Juan XXIII a toda voz gritaba desde los balcones del Vaticano: “Aggiornamento!” y la Iglesia ando a peregrinar hacia los nuevos tiempos. Los comunistas vivieron momentos de turbación cuando Mijail Gorbachov izó las banderas de la Perestroika y el Glasnot en la Plaza Roja de Moscú, ¿cuántos comunistas no miraron los nuevos tiempos que se les vino encima con Gorbachov como hoy los seguidores del antiamericanismo de nuevo tipo ven los nuevos tiempos que se les vienen encima con Obama?

Dos cosas significan el Nóbel que se le ha otorgado a Obama, “aggiornamento” y “it is time for change” que quedan claro para todo el mundo. A Obama se le reconoce su papel como un político racional que ha sabido entender el papel histórico que tiene que jugar Estados Unidos en la época de la globalización, no el de imperialismo “cowboy” sino el de eje de democracia y liberta con políticas que se ajusten a los nuevos tiempos, los tiempos de la era global. Quizás esto es lo que no ha podido entender el antiamericanismo de nuevo tipo.

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