miércoles, 7 de octubre de 2009

Santa Brígida de Suecia

 Heliga Birgitta La Iglesia católica recuerda hoy 7 de octubre a la Santa Brígida, una de las figuras más prominentes de Suecia, que proviene del medioevo pero que aún hoy goza de una gran actualidad.

Dentro de las tantas biografías que hay sobre Santa Brígida encuentro que la de Trygge Lundén, ex sacerdote católico y un gran investigador de la historia de la Iglesia en Suecia, es la de más contenido al mismo tiempo que logra sintetizarla. Por eso me baso en el capitulo que se le dedica a Brígida en el libro Sveriges missionärer, helgon och kyrkogrundare (Misioneros, santos y fundadores de iglesia de Suecia) de la editorial Artos 1983.

Birgitta Bigersdotter, como se le llamaba en vida nació alrededor del año 1302 en el una finca de nombre Finsta en la municipio de Skederids en la provincia de Upplandia, su padre, Birger Persson, era un legislador provincial, tenía tierras y propiedades. La madre provenía de una familia de legisladores que tenían vínculos cercanos con la casa real de Suecia.

Con catorce años fue al matrimonio con el también hijo de legisladores Ulf Gudmarsson y quien era cuatro años mayor que la misma Brígida que con este matrimonio daba así cumplimiento a la voluntad de su padre. De ese matrimonio vinieron ocho hijos, cuatro varones y cuatro hembras.

El matrimonio tuvo estrechos contactos con los más ilustrados presbíteros de Suecia como el canónigo Mattias de Linköping. Del que se asegura que dejó un profundo conocimiento de las sagradas escrituras. Los contactos del matrimonio también se extendieron a la orden de los cistercienses.

Juntos realizó el matrimonio en el año 1341 una peregrinación a Compostela, la tumba del apóstol Santiago, justo pasando a través de Europa experimento Brígida el desconcierto que vivia la Iglesia en aquella época, el conflicto de los Papas de Avignon en Francia. Además del conflicto entre Francia e Inglaterra, que pasaría a la historia como la guerra de los cien años.

Brígida realizó en su tiempo obras de caridad, o quizás para que se entienda mejor verdaderas obras sociales. Por lo general eran las obras de una inspiración religiosa aunque no queda duda de que también dentro de la santa había una preocupación social. Brígida atendía aquellos ladrones y criminales que después de haber cumplido su condena se reincorporaban a la vida social. Después de su regreso a Suecia se enferma su marido quien es recluido en el convento de los cistercienses de Alvastra, donde en 1344 muere.

IM000997                Santa Brígida en antiguo convento de Vadstena fundado por ella

Viene el tiempo de las revelaciones para Brígida, muchos estaban convencidos de la autenticidad de las revelaciones como el canónigo Mattias de Liköping quien se convertirá en autor del prologo. Brígida no escribió nada con su propio puño, sino que uno de sus cercanos amigos y luego prior del convento de Alvastra, Petrus Olovsson, sería quien recogería por escrito la experiencia mística de Brígida. Como era lo natural por ese tiempo y en un contexto eclesial, todo fue recogido en idioma latín.

En el año 1350 viaja Brígida a Roma con la esperanza de que el Papa reconozca la regla de la orden que piensa fundar. La regla en una orden religiosa católica determina la convivencia y las actividades que realiza esa comunidad, de que manera vestirse, la liturgia etc. Para que una regla sea aceptada hay que llegar tan alto como al Papa mismo.

Brígida encuentra en Roma un cuadro bien dramático, hay divisiones y tensiones en la Iglesia y el Papa Klemente V se retiraba a Avignon dejando Roma, la legitima sede del papado. Ayudada por la experiencia que le proporciona ser la hija de un legislador y habiéndola el destino juntado en matrimonio con otro legislador, además de su experiencia entre la alta curia sueca, se enfrentó a los Papas para que dejasen Avignon y volvieran a Roma. Se reconoce también que en esta contienda para hacer retornar los Papas a Roma jugó un papel muy importante la fuerte y determinada personalidad de Brígida.

IM000994          Urna que guarda las reliquias de Santa Brígida en Vadstena

La regla de la Orden del Santísimo Salvador es aprobada en Roma, al Brígida hacer regresar al papa Urbano V en el 1370. Brígida advierte al Papa de no regresar a Avignon y este haciendo caso omiso a la advertencia regresa para morir allí. Ese mismo año es elegido Papa Gregorio XI, quien es exhortado por Brígida a dejar Avignon. Gregorio XI regresa a Roma lo que se concluye el capitulo del llamado destierro de Avignon y el Papa retoma su sede en Roma.

Brígida fue una de las personalidades de más influencia en su tiempo, no solo en el ámbito eclesial sino también en el civil. Son conocidas sus críticas contra el estilo de vida que los nobles llevaban: falta de sensibilidad hacia los valores cristianos y falta de sensibilidad hacia las injusticias sociales como las podemos llamar hoy.

El 23 de julio de 1373 fallece Birgitta Birgersdotter, santa Brígida, en Roma, en una casa de la Piazza Farnese, la misma que lleva hoy el nombre de Casa de Santa Brígida. Sus restos fueron después transportados hasta Suecia, a la ciudad de Vadstena, ciudad a las orillas del lago Vätten en donde se haría realidad el primer convento de las hermanas de Santa Brígida. Allí su hija Catarina se convertiría en una de las abadesas de ese convento.

Santa Brígida fue una maestra de obra de la Iglesia y tanto así que a ella se debe la construcción de conventos y la fundación de una orden: Ordo Sanctisimi Salvatoris, (Orden de Nuestro Santísimo Salvador) que se conoce en el lenguaje común como la orden de las de Santa Brígida. Antes de Santa Brígida tuvo Suecia un rol más bien de receptor en relación con otros países, ya que los conventos que se fundaban venían del exterior. Pero con Brígida y su fundación de conventos cambió el curso de los acontecimientos y Suecia se convierte en una nación que aporta a la Iglesia. El convento de Vadstena fue el primero que se funda por Brígida y de ahí se expande la orden por el resto de Europa.

IM000928  Vista de la entrada del castillo de Vastena

Con la reforma luterana en el siglo XVI se cierran los conventos en Suecia y con ellos el de Santa Brígida en Vadstena. Las piedras del mismo se utilizaron para construir el castillo que hoy con lo que quedó del convento son símbolos de la ciudad de Vadstena. Vale destacar que la reforma protestante en Suecia no llegó a los extremos radicales como en otros lugares de Escandinavia, como por ejemplo en Dinamarca, en donde la reforma eliminó reliquias y estatuas de santos por ejemplo. Así en Suecia se logra que las reliquias de Santa Brígida lleguen a nuestro tiempo, las mismas están expuesta en una urna en la iglesia azul que es como le llaman a la parte que ha sobrevivido del antiguo convento.

Juan Pablo II declaró Santa Brígida patrona de Europa y de Suecia. Hoy celebran tanto la iglesia luterna sueca como la católica el día de Santa Brígida.

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