martes, 25 de marzo de 2014

Patriarcado Putinista de Moscú o la Unión de Repúblicas Ortodoxas Soviéticas?

La iglesia ortodoxa rusa ha durante los últimos años tenido una resurrección gracias al impulso y el apoyo que le ha venido de las autoridades de la nueva Rusia, encabezadas por Vladimir Putin. Un impulso que ha hecho convertir los valores ortodoxos que la iglesia propaga, de la noche a la mañana, en la ideología oficial del estado ruso. Con esto no sólo la iglesia ortodoxa ha echado a un lado a su viejo y acérrimo enemigo, el marxismo leninismo, sino que ha tomado un lugar en el aparato ideológico del estado ruso.

Lo que esto anterior significa quedó claro cuando las llamadas Pussi Riot, aprovecharon una celebración litúrgica, en la catedral ortodoxa de Moscú, para cantar canciones contra Putin. Sobre las jóvenes roqueras cayeron duras condenas de cárcel, lo que subrayó el papel que la iglesia ortodoxa estaba jugando en el estado ruso. A las críticas mundiales dirigidas al régimen de Putin no se les escapó la iglesia ortodoxa rusa, que este caso se proyectaba como un ministerio más del estado ruso.

Pero el servicio que le da la iglesia ortodoxa al estado ruso no es nada nuevo en este mundo. Desde los albores de las grandes civilizaciones jugó la religión el papel de ideología oficial. Basta echarle una mirada a los antiguos egipcios y babilonios. Este es uno de los temas que más yo retomo en debates con mi compatriota Carlos Manuel Estefanía, con lo que con él coincido, aunque él agrega, que en la historia se han hecho grande las religiones no a causa de la doctrina teológica o la enseñanza moral o ética, sino por el interés que han tenido los estados en el uso de esas religiones. Así podemos analizar a personajes como al rey David, en el contexto judaico y al emperador Constantino en el cristiano, políticos que en su tiempo se sirvieron de la religión, no muy lejos de la forma en que Vladimir Putin se sirve de la iglesia ortodoxa rusa.

La conquista de Crimea ha hecho más patente esta alianza entre estado e iglesia en Rusia. La iglesia ortodoxa rusa no ha podido disimular el júbilo por la conquista de Putin, algo que se puede constatar por ellos mismos. El secretario del concilio patriarcal de la cultura, archimandrita Tikhon, en una nota aparecida en el sitio web de Pravmir, considera el hecho como una victoria sobre un círculo vicioso de una historicidad absurda.

Es lo menos que podía decir un alto miembro del patriarcado de Moscú, a juzgar por el papel legitimidad religiosa que juega la iglesia ortodoxa en la conquista de Crimea. Si las anexiones en la era soviética se hacían en nombre del socialismo, la de Crimea, en la época de Putin, se sella con bendiciones ortodoxas. En el sitio web ortodoxo ruso Pravoslavis, ha aparecido una noticia que llama mucho la atención, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, el presidente del Consejo de Estado, el presidente del parlamento de Crimea, Vladimir Konstantinov, el primer ministro de Crimea Sergey Aksionov y el ejecutivo de la ciudad de Sevastopol, firmaron la anexión de Crimea a Rusia en el día que la iglesia ortodoxa conmemora el encuentro de las reliquias del protector de la península, el arzobispo Luka (Valentin Felixovich Voyno-Yasenetsky 1877 - 1961). Este arzobispo padeció los métodos del estado soviético, los mismos que Vladimir Putin usa sobre Crimea, y que la iglesia ortodoxa rusa legitima. Durante esos días, explica la noticia, en todas las iglesias y monasterios de la diócesis de Crimea se orará ante el icono del arzobispo Luka para que multiplique el amor y la paz en la península.

El aparato ideológico, es decir la iglesia ortodoxa rusa, forma también parte del nuevo ejército imperial de Putin. Llama la atención como en algunas páginas ortodoxas la presencia ostentosa de sacerdotes bendiciendo las armas como los Mig 29 en una base rusa en Armenia. Armas a las que se les ha bautizado con nombres de santos. No llama menos la atención el trabajo de los sacerdotes dentro del colectivo de soldados rusos de la misma base, repartiendo biblias enviadas del patriarca Cirilo I. Armas y ejercito a los que se podría contar más de una agresión imperialista seguramente.

Esta cercanía entre la iglesia y el estado ruso hace que uno se haga algunas preguntas, como las intenciones que verdaderamente tiene la iglesia ortodoxa rusa. Si se piensa en la relevancia que al patriarca ortodoxo ruso, Cirilo I, se le ha dado últimamente, cuando lo hemos visto como la figura de más fuerza en la preparación del encuentro pan-ortodoxo para el año 2016, podría uno preguntarse que agenda el patriarca pretende llevar. ?El de la "santa Rusia" y su emperador Putin, en un intento de retorno al cesaropapismo?

Si bien la iglesia ortodoxa rusa gana con la santificación de los actos del estado ruso, y las conquistas de Putin, no el cristianismo. En este caso se confirman los prejuicios y las acusaciones que han pesado sobre el cristianismo. La opresión y las injusticias se bendicen en el nombre del padre, el hijo y el espíritu santo, la iglesia engaña a los fieles llamándolos a la sumisión, beneficiándose del estado por este servicio.

Lo descrito hasta ahora no es algo particular de la iglesia ortodoxa rusa. Otras expresiones religiosas se han convertido en el motor ideológico de muchos estados, es algo que vemos con mucha acentuación en el Islam, si se piensa en sistemas como el de Irán o el de Arabia Saudita. Es una tentación puede sorprenderle también a la iglesia en cualquier parte del mundo, si ésta se viera envuelta en los halagos y privilegios con los que un estado cualquiera la pudiera envolver. Un caso muy parecido al ruso lo encontramos en la relación que establece el estado cubano con la iglesia católica allí establecida, aunque las circunstancias no son las mismas, y la iglesia católica tampoco goza de ser tan favorecida por el estado de la misma forma que en Rusia, hay expresiones de intercambios que llaman la atención. ?Puede temerse en Cuba una ideología de estado parecida a la de Rusia? Espero que no.

El gran perdedor, la iglesia, porque al confirmarse estos prejuicios la lucha contra los antivalores de la modernidad, a la que la misma se enfrenta, se dificulta. Si bien la iglesia ortodoxa mantiene una postura de mantener los valores en los que han sido fundada la civilización cristiana, no es menos cierto el temor y la desconfianza que pueda surgir ante ella. Uno luego puede preguntarse: ?No son estos valores cristianos parte de alguna agenda oculta que tienen los ortodoxos rusos para promover a Putin? ?No propagara la iglesia ortodoxa rusa su ideología de la misma forma que los soviéticos el marxismo leninismo, cuando decían servir a los pobres y oprimidos del mundo, en la practica se convertía en todo lo contrario, un instrumento de opresión de un estado?