El pasado 28 de marzo, en el programa de noticias y entrevistas God Morgon Sverige (Buenos Días Suecia) se invitó a los representantes del oficialismo cubano Eva Björklund, presidenta de la Asociación Sueco – Cubana y René Vázquez Díaz, escritor residente en este país escandinavo. El tema que se abordó con estos dos invitados fue la visita realizada por Benedicto XVI.
Eva Björklund y René Vázquez Díaz.
La visita de Benedicto XVI a Cuba ha dado para hablar y escribir mucho, y claro que no podían pasar por alto que la Ninoska Pérez a la inversa, de Estocolmo, Eva Björklund y el Edmundo García de Suecia, René Vázquez Díaz, se refierean al tema. Delante de las cámaras de la televisión estatal sueca aseguraría Vázquez Díaz que la Iglesia Católica tiene mala fama en Cuba, que viene desde el tiempo de las luchas por la independencia cuando esta institución apoyó a los españoles. El pueblo cubano no es por lo general religioso. Además, que el papa no tiene ninguna autoridad moral en la Isla, que en esta visita se repetiría lo acontecido en la anterior, cuando Juan Pablo II, no pasará nada en Cuba, porque para Vazquez Díaz los cubanos no creen en el papa.
Eva Björklund por su parte le tocó hablar sobre las afirmaciones de Benedicto XVI sobre el marxismo, ella afirmó entre otro que el papa tiene la intención de ayudar a los cubanos a salir del socialismo con la doctrina de la Iglesia. La misma Iglesia que se ha convertido en una oposición en Cuba que hace resistencia a las leyes que tienen que ver con lo que Björklund llama la igualdad de los sexos en forma de las uniones homosexuales tales como el matrimonio o la ley de parejas de hecho. Ella ha expresado que la Iglesia en Cuba está en contra de la igualdad de derechos del hombre y la mujer.
El “exiliado” cubano René Vázquez Díaz
Estas afirmaciones de ambos representantes de la oficialidad cubana, Björklund y Vázquez Diaz, parecen como contradecir la linea oficial, que se ha materializado con jestos con Benedicto XVI y palabras en la media cubana. Pero esto se puede entender desde la perspectiva de los medios periodisticos suecos que por lo general tienden a atacar la Iglesia Católica y la figura del papa. Sobre todo la de Benedicto XVI, que es considerado como conservativo. Además, se explota mucho el sentimiento anti- católico que existe en Suecia, que viene desde los tiempos de la reforma, aunque hoy su expresión es más bien secular.
El otro publico está compuesto por al que se le debe una explicación de eso que está pasando en Cuba. Estos son los que su fe en el comunismo ha sobrevivido desde la caída del comunismo en 1989. Además hay que agregar que esta izquierda es por lo general anti-catolica. La visita de Benedicto XVI a Cuba podría verse desde la perspectiva de ese grupo como un triumfo de la contrarrevolución, la claudicación del marxismo como ideología oficial en Cuba.
Lo que la media había mostrado, hasta ese momento, de la visita de Benedicto XVI a Cuba fue suficiente para entender que había una contradicción en las afirmaciones de Eva Björklund y René Vázquez Díaz. En una especie de contradicción tuvieron estos que explicar que al mismo tiempo la visita del papa Benedicto XVI ejercía una influencia positiva sobre Cuba.
Hay un detalle importante que no se ha manejado mucho en cuanto a la visita anterior del papa a Cuba, cuando Juan Pablo II, y es que el mismo Fidel Castro fue de quien partió la propuesta. Esto queda evidenciado un artículo del Juventud Rebelde, del 28 de marzo, firmado por Luis Hernández Serrano. En el mismo se describe como Fidel Castro invitó al papa en 1979, de viaje en Puebla, México, en una conferencia de obispos, a que visitara Cuba o al menos hiciera una escala. En 1996, Fidel Castro, en una conferencia sobre alimentación en Roma, aprovechó la oportunidad para visitar a Juan Pablo II a Cuba. Visita que se materializaría en enero de 1998. Y también, no podemos pasar por alto que el encuentro de Benedicto XVI con Fidel Castro, el día que se realizaba esta entrevista en Suecia, tuvo lugar en la nunciatura apostólica de La Habana.
Los dos entrevistados coinciden en que la Iglesia Católica en Cuba forma una oposición que según ellos no tiene que ver con la oposición de los grupos de disidentes y políticos, que si están, según Björklund y Vázquez Díaz, pagadas y dirigidas desde Estados Unidos.
Aquí y en contradicción con lo dicho anteriormente, afirman los dos entrevistados que la visita de Benedicto ha sido positiva para Cuba. La Iglesia se le dejará tomar más espacio y convertirse en la contraparte del gobierno. Así se podrá llevar a cabo un dialogo sobre temas importantes en la sociedad cubana como los de derechos humanos y los prisioneros políticos. Eva Björklund asegura que políticamente esta visita tiene una gran importancia para Cuba.
Hay un detalle importante que debemos tener en cuenta, y es que la entrevista no está balanceada. La televisión estatal sueca ha invitado sólo a personas a fines con la oficialidad cubana. René Vázquez Díaz se hace llamar como exiliado, pensemos entonces que exiliado en el mundo puede regresar a su país aun cuando en este existe el mismo régimen que lo obligó a dejar su país. Junto a Eva Björklund, incondicional al régimen de la Habana, hizo que en los entrevistados confirmaran las afirmaciones que hacían entre ellos. Habrá que preguntarle entonces a la televisión estatal sueca por qué no invitó para esta entrevista a los políticos profesionales sobre el tema de Cuba, críticos al sistema cubano, y que están aquí en Suecia. ¿Será que estamos volviendo a principio de los noventa cuando se marginaba en los medios de comunicación suecos aquellos que tenían una visión diferente sobre Cuba, a la que tienen Björklund y Vázquez Díaz?
De ahora en lo adelante tendrán la Ninosca Pérez a la inversa de Estocolmo y el Edmundo García de Suecia un papel muy difícil que jugar. Cómo explicaran ahora que el estado cubano ha cambiado el rumbo hacia una ideología catolica y desecha al marxismo, bueno eso está por ver. Quizás veamos sorpresivamente a René Vázquez Díaz confesando que es católico, tal como lo hiciera Edmundo García ante los microfonos de su programa. Y por qué no a una Eva Björklund que adapta los articulos de la revista Kuba, órgano de su organización, a la línea editorial que está siguiendo los organos oficiales cubanos.
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