domingo, 29 de abril de 2012

Dogma y emotividad en valoración de palabras de cardenal Jaime Ortega Alamino

http://www.cardinalseansblog.org/wp-content/uploads/2012/04/Harvard_CC_GTracy_07.jpgFoto: Cardinal Seán’s Blog

El pasado 24 de abril el cardenal cubano Jaime Ortega Alamino realizó una intervención en la universidad de Harvard, en el marco de un foro El foro fue auspiciado por el Centro de Estudios Latinoamericanos David Rockefeller, de la Universidad Harvard, en Cambridge, Massachussets. Las palabras del purpurado cubano desataron airadas reacciones por parte de los cubanoamericanos y opositores en la Isla.


Cardenal Ortega: Disidentes que ocuparon un... by diariodecuba

Monseñor Ortega Alamino señalaba a los 13 opositores que habían tomado la iglesia de la Caridad de La Habana en marzo pasado como delincuentes. Según informaciones que el mismo cardenal recibiría de la policía cubana. Además en otra parte de su intervención comentó una anécdota con el reciente fallecido obispo monseñor Román, la misma estaba relacionada con el contenido de las homilías que monseñor Ortega realizaba en Miami. Román le habría dicho a Ortega que la palabra “reconciliación” se mencionaba y que no era recomendable usar la misma para el público cubanoamericano.

Entre las tantas reacciones de los cubanoamericanos están algunas que se reproducen en el Nuevo Herald, entre ellas la de Ninozka Pérez, del Consejo por la Libertad de Cuba, a la que le parece una canallada que las criticas del cardenal Ortega vayan dirigidas hacia el exilio y no a los victimarios, y aun peor que se hable de reconciliación aduciendo a monseñor Román después de muerto. Y las de Silvia Iriondo, de M.A.R. por Cuba, que se pregunta cual es la reconciliación de la que habla monseñor Ortega. Además agrega que el exilio es un ejemplo de reconciliación entre cubanos.

A estas críticas se sumaron los opositores políticos cubanos entre ellos la lider de las Damas de Blanco, Berta Soler, quien afirmó que los 13 que ocuparon la iglesia de la Caridad no son delincuente tal como afirmó el cardenal Ortega. También el dirigente socialista cubano Manuel Cuesta Morua afirmó que las palabras del cardenal Ortega rompen con las relaciones de la disidencia con la Iglesia y con ello la capacidad de mediación de la misma. Esto sale publicado en un articulo del Diario de Cuba, Opositores denuncian la 'constantinización' de la Iglesia cubana en el que también se retoman las palabras de Guillermo Fariñas que se sorprende de que el cardenal de crédito a los términos jurídicos que usa el régimen.

Es indudable que existe acercamiento entre la Iglesia Católica en Cuba y el estado cubano, la visita el mes pasado del papa Benedicto XVI ratifica esto. La acción tanto caritativa como pastoral de la Iglesia Católica en Cuba se intensifica día a día. La iglesia gana terreno en la sociedad cubana como nunca antes y como ninguna otra institución en Cuba.

No cabe duda que las palabras del cardenal Jaime Ortega en la universidad de Harvard hayan sido valoradas desde esa perspectiva emocional y dogmática. Bien se ha fustigado a Ortega Alamino por sus afirmaciones, no se cuestionadas con pruebas. No ha habido alguien, según se sepa, que haya demostrado con prueba lo contrario que Ortega Alamino ha afirmado.

Como sacerdote debió Jaime Ortega y Alamino cuidar de calificar a persona con tales atributos que pertenecen más de la vida civil y no al ámbito eclesial o religioso. Aunque la reacción que ha desencadenado es desproporcionada al hecho en sí.

Esta reacción nos deja una serie de cuestiones por respondernos. La principal, hasta que punto se puede llegar en el cuestionamiento de la oposición oficial cubana. La reacción contra Ortega Alamino nos materializa un ejemplo de que problemática tenemos de frente. Si toda la critica que tiene necesariamente existir en un proyecto democrático parte de dogmas y acciones emotivas, ¿cómo podremos entonces saber quienes llevan una labor favorable al régimen, quiénes son los agentes de la seguridad del estado? Muchos de los que se han destapado como agentes de la seguridad lograron penetrar los grupos de la oposición oficial gracias al dogma de que no pueden ser criticados.

Un incriticable de la oposición política

Cerrarle el paso a la objetividad con las posiciones emotivas y dogmática no hace más que fortalecer al régimen mismo que se dice combatir. La esencia de ese régimen está precisamente en fomentar estas posiciones dogmáticas y emotivas. Y como en todo dogma y emoción hay un acto racional que la creencia en el dogma y la emoción no deja ver.

La historia en Cuba parece dar marcha atrás a juzgar por hechos que van sucediendo. Hace poco tuvimos el caso de Ozzie Guillén, que revivió una parte oscura de la historia de Cuba, el caso Padilla. El caso de Ozzie Guillén sacó a la luz mucha de las contradicciones en aquellos que dicen trabajar por la democratización de Cuba, cerrando este triste episodio con unas monedas.

El conflicto con la religión que parecía superado ya vuelve abrirse con la reacción a las palabras del cardenal Jaime Ortega Alamino. Ojala y esto no sea más que un triste capitulo que se supere, para que no nos lleve de vuelta a principios de la Revolución.

De todas maneras el peligro está latente, sobre todo cuando vemos que estas acciones no hacen más que mostrar la falta de alternativa al sistema imperante en Cuba. ¿Cuál sería la alternativa a la falta de espacio crítico que del sistema cubano? Otra falta de espacio crítico no es la alternativa, como no lo fue la revolución cubana ni el comunismo al régimen de Batista.

Después de la caída del Muro de Berlín hubo una gran esperanza por cambios verdaderos en Cuba. El movimiento democrático fue sustento y alimento de esa esperanza hasta que este logró oficializarse como los héroes de la Sierra y convertirse en figuras incuestionables. Una oposición política que no ha logrado cambiar al monstruo totalitario cubano, el cual, como el hombre de mercurio de la película del exterminador, sabe adaptarse a los nuevos tiempos: cada vez que se despedaza logra reagruparse de nuevo como las gotas de mercurio sin perder su efecto mortífero.

Al final las masivas críticas al cardenal Jaime Ortega Alamino le vienen como anillo al dedo al sistema totalitario cubano, por el momento. Sobre todo cuando la oposición política declara su ruptura con la Iglesia Católica conjuntamente con una parte de los cubanoamericanos. Causado esto por dogmas y emociones que han sustituido a la racionalidad y la objetividad. Elementos estos que han logrado sustentar el sistema totalitario cubano durante todo este tiempo y que pone en juego el fomento de una alternativa al sistema cubano. Sistema que ha sobrevivido más de veinte años de periodo especial, los que le han servido junto con la oposición política dentro de Cuba, para crear anticuerpos y fortalecerse. Esperemos que el reloj de la historia de Cuba no retroceda al tiempo del imperio de los dogmas y las emociones, el tiempo de la no esperanza en una alternativa reconciliadora.

1 comentario:

roberto garcia cabrejas dijo...

No estoy de acuerdo con el cardenal jaime ortega al decir que las personas que tomaron la iglesia eran delincuentes,es un error son criminales

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