Hay un tema que concierne a la visita de Benedicto XVI a Cuba pero que no se ha escuchado nada del mismo y tiene que ver con la secularización y la independencia de la Iglesia con respecto al estado y la política. Sobre esto hay mucha tela que cortar sobre todo si empezáramos por preguntarnos que papel debería jugar la Iglesia Católica u otra institución religiosa en la política de la Isla.
Yo personalmente comparto el punto de vista de los humanistas en cuanto, y aquí quiero precisar, que las instituciones religiosas tienen que ser independientes del estado y viceversa. Y no sólo del estado sino también de la política, la Iglesia Católica en este caso no puede convertirse de ningún modo en un factor o fuerza política. La religión tiene su función específica en la sociedad y la misma debe conservar ese lugar con independencia.
Esta independencia de la religión tiene también que ver con la oposición política en los países. Está el caso que la oposición trata de exigir que la religión tome partido por una u otra causa política, lo que puede llevar a sacar a la religión de su contexto. Esto puede traer como consecuencia que lo que corresponde a la religión y lo que no le corresponde caería en una zona gris. Por consiguiente la sociedad secular se podría ver afectada.
La importancia de la religión en Cuba es marcada, por eso la secularización tiene ser una cuestíón actual. Raúl Castro durante la celebración de la fiesta judía del Januca en La Habana, 2011.
Para poder entender la importancia de la independencia de la religión respecto al estado y la política, miremos al fenómeno que se da en los países en el que el estado y la política están marcados por una confesión religiosa, ejemplo es el de Irán y Arabia Saudita.
La Iglesia Católica como tal tiene una variedad en la que incluye junto a personas de diferentes razas, idiomas, sexos y culturas a personas que profesan diferentes credos políticos, muchas veces antagónicos. Personas que tienen que compartir a pesar de todas estas diferencias una misma fe juntos en el mismo banco de la iglesia.
La labor de los políticos, tanto del gobierno como la oposición, referente a la religión, inclusive la Iglesia Católica, es velar porque tanto el estado y la política sean independientes de la religión.
En el caso de la próxima visita de Benedicto XVI a Cuba es casi imposible que este hecho se mantenga aislado de los va y vienes políticos. Cada palabra, cada hecho en la Isla tienen automáticamente connotaciones políticas, una realidad que aun no se logra extirpar de la vida nacional.
Si algo podría desearle a Benedicto XVI es que se logre su viaje a Cuba, que sea para muchos una oportunidad de profundizar en la enseñanzas de Cristo sobre el valor y la trascendencia del ser humano cualquiera que sea su ideología política. Esto sería como la Iglesia Católica en Cuba muchas veces ha señalado las bases para una verdadera reconciliación tanto personal con uno mismo, como las de las personas entre sí.
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