Hace unos días que viene rodando por el Facebook un video que muestra como los rebeldes libios se introducen en un cementerio cristiano para profanarlo. Los rebeldes van por entre las tumbas y una a una le pisotean las lápidas, varios suben con ayuda de una escalera hacía una gran cruz de piedra para emprenderla a mandarriazos y tratar de tumbarla. Esto es una imagen de lo que puede significar los cambios drásticos en las sociedades totalitarias. Si bien los rebeldes y la nueva Libia han sido represivos contra las minorías cristianas, estas no han sido las únicas victimas, otros grupos que han sido objeto de la represión está la comunidad judía de Libia.
Rebelde libio intenta derribar la cruz de un cementerio cristiano en Libia.
Para los cubanos es importante ver los procesos que se están dando en el Medio Oriente para aprender que de la violencia solo recogemos violencia. Pienso que el caso de Libia es un ejemplo muy claro, sobretodo por el testimonio de muchos de los que hoy están afectados por la nueva situación. Naftali Hilger, autor del articulo La Libia judía en ruinas ha resumido en un articulo su experiencia en Libia después de la caída del régimen de Gadafi, en un articulo publicado en el último número, el 1 de febrero del 2012, de la revista sueca Judisk krönika. Naftali Hilger expresa:
Yo llegué a Trípoli en medio de una revolución popular en contra del régimen cuando todavía se hablaba de la Nueva Libia que crecería del caos. Pero los mismos hombres y mujeres que hablaban de democracia daban propaganda antisemita. Esto me hizo a mi sentir menos entusiasmo por las posibilidades de que algo pudiera cambiar para mejor en Libia después de la caída de Gadafi.
Las interrogantes sobre si un estado de derecho y una sociedad democrática en Libia son posibles. Interrogantes que por supuesto son muy difíciles solucionar desde ahora. Lo mismo pasa en Cuba, y aunque no lo hayamos pensado habrá que preguntarse si los cubanos lograrán finalmente instaurar una sociedad democrática y un estado de derecho en la Isla.
Muchas veces se levanta una montaña alta de expectativas sobre los luchadores por los cambios políticos, pero muchas veces esas montañas de esperanza se pueden venir abajo en forma de pesadilla. Así como los rebeldes de Libia existen en la historia de Cuba personajes que solieron convertir la vida de la Isla en una pesadilla, creo que basta mencionar dos ejemplos, primeramente, al veterano mambí Gerardo Machado y Morales, líder liberal cubano que encabezó una de las más feroces dictaduras de la historia de Cuba. Seguido de Fidel Castro Ruz, el que logró amasar las expectativas y los sueños de muchos cubanos y convertirlos en una pesadilla que aun no termina.
Muy pocas sociedades totalitarias han logrado un transito desde el antiguo régimen hasta una sociedad democrática en donde se preserve la justicia social y exista un estado de derecho. Dios quiera y Cuba se sume a los ejemplos anteriores. Pero se debería tener siempre presente que la democracia no sólo peligra en las manos de los elementos totalitarios y fundamentalistas, sino también en las manos de aquellos que se auto titulan como demócratas, el escenario de Libia es posible en Cuba, aunque en vez que coloreado por el fanatismo religioso puede adquirir otro contenido ideológico.
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