Capilla exterior de la iglesia medieval de Solna.
Como todos los años hago mi peregrinación al cementerio en el día de los fieles difuntos. Un lugar que no deja de sobrecogerme y que aprovecho para la meditación, ya que cuando menos lo espero, Dios sabe cuando, me convertiré también en inquilino del lugar. Lo que mas me hizo pensar esta vez es que a unas cuantas personas que he conocido en mi estancia en Suecia ocupan lugares en el cementerio. Ya cuando estoy ahí pienso en éstos y en los que quedaron en Cuba. No deja de sobrecogerme como un proceso biológico natural tenga consecuencias existenciales y emotivas tan profundas y sobrecogedoras.
Liturgia en la capilla católica del cementerio de Solna.
Estos días se viven con especial intensidad en Suecia, para muchos sería algo raro sobretodo un país que ha vendido por decenios la imagen de un lugar que la religión parecía erradicada. Millones de personas se vuelcan a los cementerios de todo el país para recordar a sus seres queridos. El signo más visible son las velas puestas en las tumbas. El espectáculo, sobre todo en el otoño oscuro, es sobrecogedor.
Al fondo, cúpula y campanareo de la iglesia medieval de Solna.
La festividad ha estado marcada por dos noticias, una que representantes de la Iglesia Luterana Sueca no se le dejará entrar a un cementerio de Estocolmo. La causa, el respeto a las personas no creyentes y de otras religiones. La otra tiene que ver con el excesivo costo de las lápidas, y como estas se convierten en granito una vez que se remueven las tumbas.
Las lápidas que se destruyen convirtiéndose en gravilla es uno de los debates que se han suscitado por estos días. El diario Svenska Dagbladet del 2 de noviembre se ha hecho eco del caso, reportándolo en varios artículos. Pasados 25 años, que es el tiempo requerido para darle atención a una tumba en un cementerio sueco, pasa la tumba a manos de la administración del cementerio. Las lápidas de las tumbas que se remueven son por lo general llevadas a un lugar donde se destruyen, convirtiéndolas en granito. Las lápidas resultan un negocio muy jugoso ya que se importan desde China y se venden por un precio de más de 1000 dólares. Existe la posibilidad de reciclar las lápidas como en el cementerio de Jönköping por ejemplo, ciudad al sur de Suecia, una práctica que también viene haciéndose en los cementerios administrados por la Iglesia Luterana Sueca, que una de las ventajas que tiene es que se le vende al comprador por un precio sin impuesto.
Otro problema que se ha surgido por estos días es la negación de entrada a representantes Iglesia Luterana Sueca durante la festividad del día de los fieles difuntos al cementerio de Sko, conocido por Skokyrkogården. Esta es una medida tomada por la administración del cementerio que se basa en el supuesto respeto que se le debe a aquellos que no son religiosos o que pertenecen a otras religiones. Bitte Assarmo, periodista católica, en un articulo publicado el 12 de octubre pasado, en el periódico “Världen Idag”, con el titulo “Kyrkogård blir marknadsplats” (El cementerio se convierte en una plaza de mercado), afirma que las medidas van en contra de las tradiciones cristianas. Al mismo tiempo le pregunta a la administración del cementerio de Sko como es posible que los vendedores de perros calientes que abarrotan el cementerio, no van contra el respeto a los sentimientos de los visitantes del cementerio.
En Suecia no es la festividad de los fieles difuntos un día feriado, tal como lo puede ser en otros países, ejemplo Chile. La festividad se pasa para el fin de semana siguiente en la Iglesia Luterana Sueca.
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