Gustavo Vasa, rey que introdujo la reforma luterana en Suecia, es asociado con Fidel Castro por sus forma de gobernar. Estatua situada en el Viejo Estocolmo.
Entre el 25 y el 28 de septiembre pasado se efectuó el gran concilio de la iglesia evangélica luterana de Suecia. Esta es la mayor reunión de la iglesia sueca y en él se toman decisiones cruciales sobre el trabajo de la iglesia. El conclave tiene la particularidad de que los que pueden decidir son personas elegidas desde los partidos políticos. La iglesia evangélica luterana sueca tiene esa particularidad, de que es democrática y esto significa que los partidos políticos tienen voz y voto en la misma.
Cada cuatro años se realiza una elección a niveles de parroquias, de diócesis y nacional en donde los candidatos son elegidos de los partidos políticos. En algunas parroquias se pueden encontrar candidatos representando al partido comunista. En otras iglesias, como la católica, hay elecciones a nivel de parroquias, aunque en este caso no son los candidatos elegidos por su militancia política.
Las mujeres juegan un papel muy importate en el clero de la iglesia evangélica luterana sueca.
La iglesia evangélica luterana sueca es quizá la única iglesia controlada por los políticos directamente en el mundo. Muchas críticas resuenan desde sus adentros, sobretodos de sacerdotes que claman por una despolitización total de la iglesia. Pero esto es un problema que la iglesia en Suecia viene arrastrando desde los tiempos de la reforma. Después del rey el cabeza de la iglesia evangélica luterana sueca es el arzobispo de Uppsala, puesto que en estos momentos corresponde a Anders Wejryd.
1523 tomó el poder en Suecia el rey Gustavo Vasa quien se coronó no sólo como el monarca absoluto del reino escandinavo sino también de la iglesia en secesión de Roma. Esto no fue nada particular en el monarca sueco, pues el mismo fenómeno lo tenemos en Inglaterra, y en estados por los que no pasó la reforma como en Rusia, en donde Pedro el Grande se hizo de la guía de la iglesia ortodoxa rusa. El rey de Suecia, Carlos XVI Gustavo, es el que abre las sesiones del concilio de la iglesia evangélica luterana sueca.
Desde el año 2000 la iglesia y el estado están formalmente separados, aunque esta separación no parece concretizarse de una forma practica. Muchas de las políticas oficiales del gobierno sueco tienen mucha influencia en esta organización eclesial. Un ejemplo de ellas es el matrimonio gay, aprobado hace pocos años como matrimonio religioso, al poco tiempo que se instaurara como matrimonio civil.
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