viernes, 15 de enero de 2010

Dinero: plataforma del capitalismo o definición endeble.

La tarde del 11 de enero la dedicó el instituto Cervantes a la música electroacústica, la presentación llevó por nombre “Ruido y Capitalismo” como parte del ciclo “Intensidades”. Dos jóvenes músicos, Alan Courtis y Mattin que combinaron música y debate sobre el tema de la tarde, el capitalismo.

Hablar de “capitalismo” es interesante en la medida que se de una explicación del mismo que pueda ayudar a entender la realidad que uno está viviendo. Aunque lo que pasó en el Cervantes fue una simplificación casi caricaturesca de lo que significa el capitalismo, como si éste se redujera solo al “dinero”.

El dinero es mucho más viejo que el capitalismo y surge en la antigüedad dado el creciente desarrollo de la división social del trabajo el aumento de intercambio comercial. El cambio de las mercancías unas por otras iba expandiéndose y para facilitar este incremento de intercambios hizo su aparición en la historia de la humanidad el dinero. Esto se convirtió en un factor que estimuló en gran manera la vida económica y social y tuvo un perfeccionamiento con el nacimiento de las grandes culturas de la antigüedad.

No se pierda a quien representa al capitalismo y por consiguiente al típico capitalista en persona en las historias de los “Simpsons” mr Burn. Fíjese que el comportamiento que tiene hacia sus subordinados es igual que el que, al menos muchos cubanos lo recordamos así, un dirigente comunista con sus propios subordinados. Hasta en eso el capitalismo no es único. Pinche sobre foto para escuchar canción a mr Burn.

Sin el dinero como valor aceptado por todos para mediar en el cambio no sería posible el impulso económico y el comercio sería una actividad imposible.

Habrá que preguntarse que si erradicando el dinero de una sociedad conlleve, como piensan los roqueros Curtis y Mattin, a construir una sociedad más justa.

El lugar que se tiene conocimiento se fue consecuente con la instauración de una sociedad sin dinero fue en Kampuchea en los 70. Si se logró la utopía de la sociedad sin dinero pero el costo humano para lograrla nunca contradice el discurso de los que propagan por estos intereses.

Hay gente que vive sin dinero por propia elección en medio de las sociedades que se asumen “más capitalistas” como la de Alemania. Según el periódico el Mundo del 23 de marzo del 2002 la psicoterapeuta alemana Heidemaria Schwerme llevas seis años viviendo sin dinero y sin renunciar al bienestar que la sociedad en la que vive. http://www.elmundo.es/cronica/2002/336/1017050504.html

La directora del instituto Cervantes, Zoe Alameda, que intervino explicando que el dinero es una cosa buena en sí cuando ayuda a las gentes como medio para ese intercambio necesario de los productos. El dinero, continúa la directora del Cervantes, se convierte en algo negativo cuando desde un medio se convierte en un fin en sí mismo.

Encontrar las particularidades del capitalismo resulta un poco complejo. Definir lo particular del capitalismo como una sociedad en donde existe la propiedad privada no nos ayuda mucho ya que la propiedad ha existido desde los albores de la civilización. Quizá lo específico del capitalismo pueda considerarse que los medios de producción están dirigidos a los intereses de los propietarios. Así también se considera particular del capitalismo que el capital predomine sobre el trabajo. Al mismo tiempo no parece nada especifico del capitalismo estos fenómenos ya lo podemos encontrar en las sociedades en donde se impuso el llamado socialismo “real” y en donde en vez de los propietarios son los dirigentes del estado socialista los que regulan estos intereses.

Si en verdad se quiere librar uno de las imposiciones del capitalismo la solución es no hacerle el juego al mismo y lo que el adoctrinamiento consumista impone. Buscar un modo de vida que se adecue a las necesidades personales, por ejemplo, viajar en el sistema colectivo de transporte cuando no se tiene necesidad del automóvil, no esclavizarse a los designios de la moda, mirar al dinero como lo que en realidad es: un medio y no un fin. La decisión está en cada uno de nosotros, no precisamente en las revoluciones o los líderes de izquierda.

Si en verdad se quiere hacer ruido al capitalismo, el ruido se puede empezar por no hacerle el silencio al capitalismo.

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