viernes, 25 de abril de 2014

Así la democracia premia a promotores del totalitarismo

pict2392El periodista y escritor José Luis Belmar realiza incómodas pregunta a Elena Poniatowska, en el Instituto Cervantes de Estocolmo, julio 2008.

Con gran sorpresa he descubierto en la página digital del Nuevo Herald de Miami unas fotos que hacen referencia a la reciente visita del presidente de Ecuador, Rafael Correa, a España. En las se ve al democrático rey de España, Juan Carlos, recibiendo de forma amigable y hasta con cierta alegría en el rostro al presidente Correa.

Correa quien estaba en camino a Roma para participar en la canonización e Juan Pablo II, recibió, aparte de la bienvenida del rey, la investidura de honoris causa de la universidad de Barcelona. Al presidente ecuatoriano se le reconoce su esfuerzo por sacar a su país de la crisis, reducir la pobreza, el desempleo y las desigualdades en su país, esto según el sitio digital del reconocido diario El País.

Al presidente Rafael Correa también responsable del cierre de universidades en su país, unas 14, al menos así lo describe el sitio web de Telesur. En el mismo lugar se afirma que el cierre de los centros académicos fue a causa de la baja calidad de los mismos, y además, esto ha sido una de las cosas más importantes que ha hecho la revolución.

Aunque no son sorprendentes estos tipos de logros revolucionarios, a lo mejor por lo que también la universidad de Barcelona le da el reconocimiento del 'honoris causa', si llama la atención la noticia que Ecuador haya contratado 800 españoles (supuestamente académicos) para sus universidades. Esto es una información salida en un reciente articulo en El País.

Al mismo tiempo se hace noticia de nuevo la escritora mexicana Elena Poniatowska, que no deja de ser intelectual controversial. Ahí la vemos por los periódicos del mundo, y por su puesto El País no pierde la oportunidad de mostrarla con el rey Juan Carlos, a quien la escritora mexicana hace una muestra ardiente de reverencia, con un beso. A Elena Poniatowska la recordamos de una actividad del Instituto Cervantes de Estocolmo en el año 2008. En esa ocasión el escritor mexicano residente en Suecia, José Luís Belmar, le realizó a Poniatowska unas incómodas preguntas, que desató un verdadero jaleo en la institución cervantina de la capital sueca.

Estas noticias no pasarían de ser comunes sino fuera por el significado que puede tener para Cuba y también para Venezuela. Aisladamente, son las premiaciones que estos dos latinoamericanos han recibido en España poco significativas, pero si vemos a los premiados como colaboradores del sistema que desde Cuba se ha estado propagando desde hace más de cincuenta años, a los premiados se les notaría otro resplandor. La cercanía de Elena Poniatowska y de Rafael Correa con el régimen de La Habana son más que evidentes y no se necesita de mucho esfuerzo para describirlas. Pero lo importante no es eso, ni tampoco los premios.

Es muy de tener en cuenta para los que sueñen en un futuro democrático en Cuba y Venezuela tener en cuenta como las instituciones académicas y culturales premian y promueven a estos personajes. Y el agrado con el que se les acoge no termina en las premiaciones, las fotos que en muchos de los sitios de Internet reproducen escenas de cómo los altos dignatarios del mundo de la academia y representantes de estados al que llamamos democráticos se abrazan y coquetean con estos premiados.

Una pregunta que es muy valida hacerse, si son a estas personas como Elena Poniatowska y Rafael Correa, a los que las academias y las instituciones culturales representativas de los sistemas democráticos promueven. ¿Qué no quedará para los que buscan los cambios en países como Cuba y Venezuela? ¿Qué papel podrán jugar esas instituciones académicas y culturales de países democráticos en un supuesto escenario de cambio en Cuba o Venezuela?

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