El pasado 27 de marzo se realizó en Estocolmo un seminario sobre el nuevo papa Francisco I, en el Instituto de Política Exterior de Suecia, organizado por la misma institución. En el panel del evento se encontraba la embajadora sueca ante el Vaticano, Ulla Gudmundsson y dos representantes de la Iglesia Católica, el padre jesuita Ulf Jonsson y la religiosa dominicana Madeleine Fredell, conducidos por la periodista Ylva Johnson. En esa ocasión tuve la oportunidad de estar en la actividad y dirigirme a la embajadora sueca, Ulla Gudmundson, con una pregunta sobre Cuba.
Aprovechando que los panelistas terminaron con su ponencia, y que los micrófonos se abrieron para que el público realizara sus preguntas, me dirigí a Ulla Gudmundson para interpelarle sobre la relación futura del papa Francisco I con Cuba. Mi pregunta se centró en como ella entendía la visión de Francisco I sobre Cuba, si él mismo va a influir sobre el proceso de reformas democráticas, tal como lo hicieran sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI. Además, cómo esa influencia se podría ver.
Lo que recibí como respuesta de ella fue lo siguiente, que Francisco I, hasta donde ella puede entender, seguirá el mismo camino que Juan Pablo II. Aunque aseguró que si hay algunos que no quieren que les quiten los logros sociales esos son los cubanos. Sin embargo en cuanto a las de reformas, eso lo tuvo Benedicto XVI muy claro, algo que se reveló, según Ulla Gudmundson, en la visita de éste a Cuba. Para ella Francisco I si apoyaría un proceso de cambio pacifico, de la misma forma que lo hizo Juan Pablo II.
Un dato interesante que se reveló en la respuesta de Ulla Gudmundson es que el cardenal de la Habana, Jaime Ortega, que ya cumplió 75 años hace dos años ya, ha presentado su petición de renuncia. La próxima retirada del Jaime Ortega de la silla cardenalicia deja la interrogante de quién lo precederá en el puesto, lo que para la señora Gudmundson podría ocuparse por el arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García Ibáñez, al que desde su perspectiva sueca lo percibe como critico del régimen con algunas variaciones, que tiene sus ojos puestos en el crecimiento de la sociedad civil en Cuba.
Para finalizar su respuesta sobre la cuestión de Cuba la señora Gudmundson se refirió a un articulo por ella leído, en el que se refieren al después de la visita de Benedicto XVI, en donde se explica como se han establecido muchos más contactos entre los cubanos en Miami, cubanos en el exilio, y los cubanos en Cuba. Gudmundson, que viajó para seguir a Benedicto por su peregrinar en Cuba, se refirió que éste cuando se encontraba en la Isla trató de hablarles a todos los cubanos, la idea, según ella, fue tratar de encontrar un cierto proceso de reconciliación
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