Lawrence Kaala y Jimmy Sserwadda
La política benevolente de asilo de Suecia con respecto a los homosexuales queda en entredicho ante la media del país nórdico y también en el extranjero con la boda de dos jóvenes del mismo sexo procedentes de Uganda.
El pasado sábado 26 de enero en la iglesia luterana sueca de san Lukas, en el suburbio de Järfälla, de la ciudad de Estocolmo, dos jóvenes ugandeses, Lawrence Kaala y Jimmy Sserwadda, se dieron el si, para de esa forma hacer la entrada al matrimonio.
Tal como parece, esta es la primera pareja del mismo sexo procedente de Uganda que contrae matrimonio. La ceremonia se realiza en medio de amenazas que pesan sobre la pareja. Tanto Lawrence como Jimmy son refuigiados en Suecia, que vienen huyendo de represalias y torturas en su país de origen.
El final feliz que parece tener la pareja no es tal como parece, sobre Lawrence Kaala pesa una orden de deportación del servicio de emigración de Suecia. Esto significaría la separación de la pareja por una parte, por otra exponer a Lawrence Kaala al riesgo de torturas y posiblemente hasta la misma muerte.
La ceremonia de matrimonio ha tenido, como en los medios suecos, también un gran impacto en la media de Uganda. Por ello no han escapado los nuevos esposos a las amenazas hasta de muerte. En el diario sueco Svenska Dagblade en la edición del 31 de enero, en un articulo firmado por Tobias Brandel, titulado Ugandiskt gaypar hotas efter bröllop (Pareja gay ugandés amenazada después de boda) se hablaba de que muchas de varias intimidaciones recibas por los recién casados, como en el facebook. Allí, muchos ugandeses han pedido, no de forma anónima, que Suecia retorne a los jóvenes para que en Uganda “reciban su merecido”. No menos en Uganda, la media de ese país, haciéndose eco de la noticia de la boda, ha incitado a llevar a cabo acciones violentas contra estos jóvenes.
Uganda es uno de los países que con rigor trata a los homosexuales, los casos a los que se puede uno referir no son sólo de torturas, abusos y maltratos, sino también de asesinatos. Un ejemplo de ello es el del más importante activista gay de Uganda David Kato, asesinado el 26 de enero del 2011.
Con la boda se espera que cambie la actitud del departamento de emigración sueca, ya que uno de los jóvenes, Lawrence Kaala, puede ser repatriado a Uganda en los próximos días. La suerte de Jimmy Sserwada fue diferente ya que él recibió el asilo y es hoy ciudadano sueco, aunque lo extraño es que aunque Lawrence acabó en Suecia por los mismos motivos, recibió inexplicablemente una respuesta negativa de las autoridades de emigración con la consiguiente expulsión del país.
En muchos de los escritos que se han hecho en la prensa sueca, sobre el caso de los jóvenes ugandeses, se siente una crítica de fondo a la actuación de los organismos de inmigración con respecto a los homosexuales que vienen a pedir asilo a Suecia. Cada día son más los que vienen en busca de refugio, pero recibirlo o no se asemeja a una lotería.
La historia de abusos no termina cuando las personas llega a Suecia. En los campamentos de refugiados se han dado denuncias de homosexuales y transexuales de los que se ha abusado, tal como se describe en la página web del centro para la educación sexual de Suecia, conocido por sus siglas RSFU. Ahí se asegura que a pesar de que las autoridades de inmigración aseguran que no existen tales maltratos, llueven las denuncias de acoso y abusos. Esto a pesar, como muchos reconocen, que Suecia es uno de los países en donde los derechos de las personas homosexuales se reconoce, además que se le da especial protección.
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