Tanto los medios de comunicación como las redes sociales en Suecia se estremecieron tras el anuncio de la renuncia del papa Benedicto XVI. La noticia no sólo ha dejado perplejo a la media sueca, se puede pensar que ante una noticia como esta la prensa mundial no deja de reaccionar. Muchas de las noticias que salen prensa parecen buscar razones detrás de la renuncia ya que lo dicho por Benedicto XVI parece no ser suficientemente convincente. Además de que para muchos esta renuncia representa una oportunidad par arremeterla contra la Iglesia Católica y él mismo papa. En Suecia, por su tradición histórica, talmente parece como natural que se arremeta contra el papa, ya no por razones religiosas, como lo pudiera significar las raíces luteranas del mismo, sino una arremetida mediática desde el liberalismo secular.
En 1593, después de un gran encuentro eclesial en la ciudad de Uppsala, asume Suecia la confesión luterana, después de un largo proceso histórico que comenzara a principio de ese mismo siglo, con el rey Gustavo Vasa. Desde esos tiempos se vio al papa como figura negativa, se puede decir hasta la visita de Juan Pablo II a los países nórdicos en 1989, que incluyó también Suecia. Si bien hubo un acercamiento entre la iglesia nacional sueca y la católica entonces, en lo que se refiere al mundo secular esta visión del papa no ha cambiado sino que la enemistad ha crecido. Uno de los temas que crean una gran enemistad en Suecia contra el papa está en cuestiones de índole ético – moral y antropológico. Ejemplo de ello es el papel que juega el ser humano en relación a la familia y la sociedad.
La prensa sueca cuestionaba las razones que condujeron a Benedikto XVI a la renuncia. Por ejemplo se puede leer en uno de los titulares aparecido el día 12 de febrero, un día después de la renuncia, específicamente en el diario Svenska Dagbladet, “Ovillig påve kände hård press” (Papa indispuesto sintió fuerte presión), de la periodista sueca Gunilla von Hall. En el mismo articulo se destaca que sus ideas conservadoras fueron lo que incentivaron en Benedicto XVI los estudios de teología dogmática, y que es a causa de él mismo que se abre vientos conservativos en el Vaticano, y especifican la visión de la homosexualidad, el sacerdocio femenino y los anticonceptivos.
En muchos medios de comunicación se puede leer las declaraciones de la embajadora sueca en el Vaticano, Ulla Gudmundson. Ella ha corroborado la depauperación física de Benedicto XVI , además de afirmar que en lo referente a su estado intelectual está muy claro.
El día mismo de la renuncia se hizo un llamado a la prensa por parte del obispo de la diócesis de Estocolmo, Anders Arborelius, en donde se reunieron en una céntrica parroquia católica, Santa Eugenia. Personalmente conversé con algunos de los participantes en la rueda de prensa, los que me hicieron saber que el obispo católico de Suecia no quiso especular sobre el hecho, si hubo otras razones para la abdicación papal. Además, el obispo sueco afirmaba que era una decisión que consideraba buena, entre otras razones porque se acomoda a los tiempos que vivimos y que hace al papa más humano.
Entre la información que pude obtener del encuentro periodístico fue que en ese lugar se encontraba, por otras razones, el arzobispo y cabeza principal de la Iglesia Luterana Sueca, Anders Wejrid. Éste dio algunas declaraciones en el lugar, una de ellas que es un derecho humano poder abdicar.
En lo que se refiere al papa veremos que trae como sorpresa el próximo conclave que elegirá al nuevo pontífice. La cuestión queda abierta, y nos podríamos preguntar si la dimisión de Benedicto XVI, el rayo que arremetió ese mismo día sobre la santa basílica de San Pedro y los meteoritos que explotaron sobre Rusia y Cuba, señalan hacia un mensaje que descifra alguna profecía sobre el destino de la humanidad.
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