El reciente fallecimiento del activista político de la oposición Wilman Villar ha sido recibida por la media sueca con gran tibieza, si algunos medios han tratado la noticia con pequeñas notas, muchos otros han pasado por alto el hecho. Para sorpresa de uno se ha visto que medios que supuestamente representan a la derecha sueca, como el Svenska Dagbladet, no han hasta el momento tomado la noticia en sus páginas.
Lo que es sorprendente es la repercusión mediática, que en el caso de Wilman Villar, no ha tenido la misma repercusión que en su momento la desaparición física de Orlando Tamayo. El fallecimiento de Tamayo tuvo una gran repercusión en media mundial. La media de Suecia no fue una exclusión.
El tratamiento de la media internacional sobre el tema no ha sido sólo diferente en el caso Wilman Villar, sino también los argumentos del régimen cubano en cuanto a las causas de su fallecimiento. Si bien cuando la muerte de Orlando Zapata la oficialidad cubana no pudo pasar por alto la heroica huelga de hambre de Zapata, en el caso de Wilman Villar ha logrado justificarse negando la huelga de hambre.
Existe la posibilidad que el régimen cubano tenga el argumento que demuestre que Wilman Villar no estuvo en huelga de hambre. Esto no despejas las cuestiones que se levantan sobre la muerte de Wilman Villar. Le queda a la oficialidad cubana explicar como la persona de Wilman Villar, que se encontraba bajo la responsabilidad del estado cubano en una de sus instituciones, pudo desarrollar esa enfermedad que desembocó una situación irreversible sin que se le atendiera a tiempo. Más que todo, la muerte de Wilman Villar dejaría al descubierto la situación de las instituciones carcelarias en Cuba.
También cabe preguntarse por qué no el régimen cubano no le dio a Wilman Villar el mismo tratamiento, en el caso de que su salud mostrara signos de ponerse en peligro. Bien se puede hacer un paralelo con la atención que recibió Guillermo Fariñas, al que se le dedicaron los mejores recursos que el estado cubano tendría en esos momentos. Aquí cabe la posibilidad de pensar en una selectividad entre los que se deciden por una huelga de hambre en Cuba.
El caso de Wilman Villar tiene los elementos de ser también un mensaje del régimen cubano para los que tengan la intención de lanzarse a la huelga de hambre: los dejarán morir. Para este fin está también preparado el aparato propagandístico, que como en el caso de Orlando Zapata tratará de proyectar a estas personas como delincuentes.
Los casos de Wilman Villar y Orlando Zapata son representativos de una situación que de seguro es habitual en las cáceles cubana. Cuanta gente ha seguramente muerto debido a las condiciones de las cárceles. Personas que no tendrán la misma suerte que Villar y Zapata de que se recuerde la situación en que murieron.
Bien equipada está la propaganda oficialista cubana cuando a acusado a Wilman Villar de maltratador de mujeres. Este parece ser el nuevo argumento moral que el régimen cubano parece querer aplicar, modelo de descrédito muy efectivo en el mundo hoy día. Y en cuestiones de descrédito no hay nada mejor que la maquinaría propagandística del estado cubano. Si bien en antaño supo crear a muchos un perfil de homosexual para desarticular la credibilidad de esas personas.
Hoy día la forma de desacreditar a una persona en Cuba se ven que han cambiado, si antes se les acusaba de homosexual, hoy se usa formulas tales como la de maltratador de mujeres, en el caso de Wilman Villar, algo que en el mundo se condena tanto como lo fue la homosexualidad durante largo tiempo después de 1959.
Aunque, hasta el momento, lo que el régimen cubano ha expuesto sobre el caso de Wilman Villar no responde a las interrogantes que se han desatado en este caso: ¿Qué responsabilidad tiene el estado cubano en la muerte de Wilman Villar?
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