Supe del fallecimiento del escritor portugués José Saramago, premio Nóbel 1998, por una página de Internet que le dedicaba un artículo y realizaba un recuento de su obra literaria. Interesante fue que para mi no tanto el recuento de la historia literaria del autor sino un comentario echado por uno de los lectores que desvela un significado escatológico en el fallecimiento de Saramago. Bajo la firma de Liz Arte, en el sitio web “Los Tiempos” se puede leer: “la muerte de saramago es lo mas terrible que ha sucedido, es una muestra que el fin del mundo esta llegando, por que de que sirve este planeta sin gente como saramago.”
Recibiendo el Nóbel de parte del rey de Suecia Carlos XVI Gustavo
Saramago es uno de los hombres, como tanto en este mundo, que nace por destino de las cosas en una familia humilde. Un contexto donde los escasos recursos económicos marcan el ritmo de la vida. Pobre materialmente pero dotado de gran inteligencia logra estudiar y realizarse como escritor. Su actitud hacia la Iglesia fue muy crítica. Conozco a una persona muy católica que al conocer la muerte de Saramago expresó: “He orado con amor, que no es mío sino de Dios, por un hombre que nunca manifestó amor a Dios, y que al contrario hizo todo lo posible para alejar a la gente de Dios y de su Iglesia. En vida se llamó José Saramago. Que la "venganza" de la misericordia divina para con Saramago sea la dulce contemplación de aquel amor que él nunca supo contar ni apreciar.”
Según Saramago el sistema cubano es lo mejor que se puede esperar para la humanidad
En Saramago fue un hombre que se embistió con su literatura contra la Iglesia, pero esto quizás pueda entenderse en el momento histórico que le tocó vivir, la creciente enemistad de las ideologías hacia la Iglesia como por ejemplo la que el mismo Saramago representaba, la de izquierda. Además, podemos entender también que experiencia pudo un campesino pobre portugues haber experimentado en su relación con la Iglesia, así como lo fue Saramago. Desde este punto de vista sería, quizás, comprensible la actitud de Saramago.
Más que por su anticlericalismo merece más crítica y reproche la actitud de Saramago de apoyo a los regimenes comunistas, incluido el cubano. Su apoyo al comunismo revela su parcialidad como intelectual, más que independiente, como debería ser todo intelectual, parecería más bien un vocero de la ideología roja. En el 2003 escribiría en el diario “El País”: ''Hasta aquí he llegado. De ahora en adelante Cuba seguirá su camino, yo me quedo'' . Pero este cartelito no lo mantendría por mucho tiempo ya que un tiempo después se le vería por los salones del poder en La Habana, los que nunca dejo por falta de valor como intelectual.
Ojala sea una señal el fin del mundo como plantea la visión escatológica del que comenta el articulo en “Los tiempos”. Si, pero del mundo en que los intelectuales vendan su intelecto a las ideologías de los tiempos en que se vive. Para que no haya mas Saramago a costa de traicionar a su entorno social, sirven de propagandistas a ideologías tan esclavizantes como las que sumieron al mismo Saramago y su familia a centurias de explotación y pobreza.
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