El columnista del periódico sueco ”Svenska Dagbladet” Ola Wong escribe hoy día 24 de noviembre el sostenimiento de la muralla electrónica china. China ha bloqueado desde el verano los sitios web de Twitter, Facebook, Flickr y Youtube más una cierta cantidad de hoteles web extranjeros. La estrategia del partido comunista hoy día es forzar a las gentes para que usen programas basados en servidores nacionales.
Desde la semana pasada es la frase más buscada en los servidores chinos de Google el encuentro del presidente de Estados Unidos Barack Obama con los estudiantes de Shangai. A pesar de que las autoridades chinas no permitieron la entrada de los blogueros chinos que los americanos habían pensado invitar al evento con Obama. A pesar de que los allí presentes, como nos podemos imaginar, fueron estudiantes escogidos por el partido, a pesar de que no se habló de cuestiones como Tibet y derechos humanos.Hoy día se necesita mucho más de lo que los estados pueden hacer para detener el libre tráfico de la información.
Según los datos que se dan por Ola Wong hay en China unos 338 millones de abonados de Internet, unos 100 millones de blogs y unos 10 millones de jóvenes adictos a la Internet. La mayoría de los abonados usan versiones de Facebook chinas a las que no ven ninguna diferencia con las extranjeras, al no ser cuando se ponen de acuerdo para una manifestación. Pero la mayoría de los chinos posiblemente no estén tan interesados en cuestiones políticas, quizá como en los otros lugares del mundo.
Wong destaca en su columna que el partido comunista ha cambiado su estrategia desde el verano pasado, retomando sus viejos hábitos acentúa la censura. Pero para los jóvenes que viven sedientos de los contactos con el mundo exterior, logran con facilidad burlar la censura que la muralla electrónica china les impone, el acceso al exterior está abierto a pesar de todo.
Los comunistas chinos dicen mantener estas barreras electrónicas para defender a los jóvenes de la pornografía, por ejemplo. Pero, según el dato que el columnista Wong nos da, los chinos surfean por las páginas pornográficas unas tres veces más que por ejemplo los propios suecos.
En siglo XIII la muralla de piedra no pudo impedir la entrada de Gengis Kan, hoy día la muralla electrónica no puede impedir el libre flujo de información.
Como quiera que sea los esfuerzos técnicos que usan los mandarines rojos de Pekín no les sirve mucho para evitar que se rompa con las murallas chinas de la información. Los chinos deberían de aprender de su propia historia de construcción de murallas, las que al final no les ha quedado nada más como objetivo turístico. Así pasará con la muralla electrónica, me pregunto cuanto tiempo más pasará para que se convierta como objetivo turístico, o como monumento a la causa perdida de dejar fuera de las fronteras al moderno Kan.
1 comentario:
esta muy bien que la pornografia no se sigua divulgando tan libremente
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