Entrada al Museo Nacional de Ciencias Naturales.
Uno de los lugares que para mi se puede disfrutar de películas es el cine del Naturhistoriska riksmuseet (Museo Nacional de Ciencias Naturales) de Estocolmo. Se le conoce con el nombre de Cosmonova y posee una pantalla en forma de cúpula en donde la imagen rodea al espectador dando la sensación de encontrarse uno en el medio de los acontecimientos que muestran los filmes. Este sábado 11 de enero proyectaban un filme sobre la edad de hielo, “Los Gigantes de la Edad de Hielo” que trataba sobre los mamuts y otros animales de esa época y los hallazgos en lugares como Estados Unidos y Rusia.
El filme no decepciona por las escenas que recrea el tiempo de los glaciares, de cómo los hombres cazaban los mamuts y los animales de los que se han encontrado restos, tigres y lobos de proporciones mucho mayores que los actuales. Decepciona del filme la trova del discutible calentamiento global, que aprovecha para incluir el discurso apocalíptico que bien recuerda al del predicante religioso.
Cosmonova es recomendable para todo el que siempre se sobrecoge con el universo, la naturaleza y las ciencias naturales. Más de una vez me he creído estar viajando por el universo desde una modesta silla de cine. Una familia neandertal.
No estuvo de más hacer un peregrinaje por algunos de los salones del museo, uno de lo que más tomó mi interés fue la muestra “Den mänskliga resan” (El viaje humano). En la misma, desde una forma creativa visual se trata de dar algunas respuestas al origen del ser humano. Con ayuda de figuras que tratan de retomar, en tamaño natural, la forma y el aspecto de los primeros hombres. El espectáculo que se le presenta a uno delante de los ojos no deja de ser sobrecogedor.
En particular, a mi, lo que más me impresionó fue la forma y el tamaño que pudo tener el hombre de neandertal, que se supone fueron los primeros europeos, y el homo floresienses, que restos del mismo han sido encontrados en la isla indonesa de Java.
Homo floresiensis en tamaño natural.
Uno de los estantes a la entrada del museo exhibe el esqueleto de un mono gibon, al que llaman también “El Tarzan de la Selva”. Un pequeño cartelito hacía una descripción de estos simios, que entre otras cosas tiene la particularidad de vivir junto a su pareja por el resto de su vida. Algo que podría parecer como un comportamiento que sólo se encuentra en los seres humanos.
La llegada del frío a Estocolmo fue el hecho que coincidió con mi visita al Museo de Ciencias Naturales. La zona en donde está ubicado el museo, que es el de la Universidad de Estocolmo, se torna como el de una postal o una hermosa pintura. A continuación aquí pongo algunas de las fotos que logre sacar por las afueras del museo para que se tenga una idea de cómo experimenté yo ese momento.
Museo Nacional de Ciencias Naturales desde el Jardin botánico de la Universidad de Estocolmo.
1 comentario:
La verdad, impresionante, este viaje es inolvidable, gracias por compartir
Publicar un comentario