Con la crisis que se ha suscitado en Honduras ha dado a la palabra democracia vueltas para arriba y para abajo. Por un lado el presidente destituido de Honduras Zelayo, exige que se respete la democracia aunque se le acuse de violar las leyes mismas de su país, por otro lado que si es un acto totalmente legal la destitución y totalmente democrático. El caso es que la palabra “democracia” es usada por cualquiera.
La palabra democracia viene del griego demos que tiene que ver con poder y kratos que designa pueblo. La idea de la democracia está basada en el principio de que el pueblo tiene un acceso más o menos directo en la participación del gobierno. Se supone que la democracia, o mejor dicho los estados democráticos garanticen las libertades individuales, los derechos humanos y la dignidad de las personas.
Los sistemas democráticos garantizarían en principio un balance en la sociedad para que así puedan convivir en una misma sociedad expresiones políticas, culturales, diversidad racial, de nacionalidades, diversidad de religiones etc. No se puede negar que en muchas sociedades se ha logrado este punto de convivencia.
En el contexto latinoamericano aparece la democracia con síntomas de anemia y debilitamiento. Las democracias latinoamericanas carecen de instituciones y de una praxis que sirva de defensa al propio sistema democrático. El caso de Venezuela es un ejemplo claro. El presidente Hugo Chávez ha logrado quebrantar las leyes en que se sostuvo la democracia venezolana y convertirlas poco a poco a imagen y semejanza de las de Cuba, para que en vez de que sirvan a la sociedad, sirvan más bien a sus intereses o los intereses de partido.
Hay dos elementos que se deben ver desde más de cerca en el caso de Chávez, uno es su procedencia, un militar, y su historia, intentó dar un golpe de estado contra un gobierno constitucional en Venezuela en 1992. Uno debería seguir pensando sobre esto, ¿por qué los mecanismos democrático venezolanos aceptaron al militar golpista Hugo Chávez para candidato presidencial en las elecciones de 1998? ¿Cuál es la razón que hace que el 60% de los venezolanos elijan a un presidente que tiene debajo del brazo una agenda dirigida a desmantelar la democracia?
Hay un estigma que ha caído sobre los pueblos latinoamericanos que pone a la gente que allí vive como incapaces de llevar adelante proyectos políticos y sociales por si solos. Son prejuicios muy peligrosos, quizá dispersados por aquellos que si tienen intereses en esas tierras. Estos son concepciones post-colonial (que las gentes de las colonias siguen siendo unos inútiles) que caricaturiza a los hombres y mujeres de Latinoamérica y les aminora ante un europeo o un norteamericano. (En el caso de los europeos o los norteamericanos se puede cuestionar muy bien si ellos son tan responsables o tan consecuentes con sus democracias como lo aparentan)
Estigma o no, el caso es que el presidente electo democráticamente Hugo Chávez ha desmantelado el sistema democrático venezolano y lo ha llevado casi a la tumba. Talmente parece que Chávez ha hecho las cosas como el mismo ha querido, no hay un sistema en el andamiaje de la democracia venezolana que someta al presidente, como todos los demás ciudadanos al imperio de la ley.
Hay muchos factores que influyen en un proceso como el que se ha dado en Venezuela, por ejemplo la situación económica o política, aunque parece ser que Venezuela no atravesaba por ninguno de estos problemas. Factores de cultura políticas como el caudillismo político muy tradicional en la cultura política y social latinoamericana, un mal del que las sociedades latinoamericanas no se han podido librar. Todo esto ha favorecido a las desmedidas ansias de poder de Hugo Chávez.
Un reconocido psicoanalista del siglo pasado, Erich Fromm, tenía una tesis sobre como se dio el fenómeno del nacional socialismo en Alemania desde un punto de vista psicológico, que muy bien se puede aplicar a los movimientos populistas de América latina, en concreto con el fenómeno de Chávez en Venezuela. A partir de la reforma protestante de Lutero han acontecido cambios en la psicología de las personas, la libertad individual que en la edad media era desconocida hacia su irrupción y el hombre se encontraba libre ante Dios sin intercepción de la religión. El hombre se encontró a si mismo desamparado del abrigo psicológico de la autoridad. Según Fromm hay una tendencia en los individuos a volver a un sistema de autoridad, la libertad es desde una perspectiva psicológica que a veces es insoportable, e inconcientemente los individuos tienen a someterse a nuevas autoridades.
En el caso de Latinoamérica no es difícil entender la razón por la cual millones de personas se suman a los líderes populistas. Por una parte el abandono que sienten en el aspecto material y social muchos de ellos y por otro una educación centrada en el culto a los caudillos de las independencias, en vez de educar a los ciudadanos en los valores de la convivencia democrática que se realiza con todos y en el que todos tienen la misma responsabilidad y derechos, y que eleva al mismo nivel la dignidad de las personas de todas las personas. Estos elementos unidos, la falta de cultura política y la tradición en la cual las gentes esperan por que los problemas de la sociedad en que viven se resuelvan por un caudillo líder, son las que desembocan en sociedades como las venezolanas.
Ya hay un precedente en la historia venezolana de otro caudillo que intentó como Chávez doblegar a Latinoamérica, aquí claramente se señala al mismo Simón Bolívar. (Por cierto no tienen nada de especial que el proyecto de Chávez tenga ese nombre “bolivariano” cuando el mismo Bolívar intentó llevar adelante uno suyo que tiene mucho de parecido a las intenciones del chavista). En la obra de Carlos Marx Bolívar y Ponte del año 1858, diría de Bolívar uso estratagemas políticas para hacerse de poder y su interés sobre todo estaba concentrado en imperar sobre toda Sudamérica uniéndola en una republica federal (una especia de ALBA quizá) pero mientras que estaba en el escalamiento de sus sueños de la entonces suya alternativa bolivariana, surgieron insurrecciones que hicieron a Bolívar caer estrepitosamente de su sueño napoleónico.
Carlos Marx tuvo una opinión no muy positiva sobre Bolívar, que hace preguntarse uno como es que el chavismo ha logrado materializar este matrimonio entre Marx con el socialismo del siglo XXI y la alternativa bolivariana, que supuestamente representa el ideario de Bolívar. En la obra del mismo Marx trasciende esta descripción de Bolívar, que es tomada de Ducoudray-Holstein:
"Simón Bolívar mide cinco pies y cuatro pulgadas de estatura, su rostro es enjunto, de mejilla hundidas, y su tez pardusca y lívida; los ojos, ni grandes ni pequeños, se hunden profundamente en las órbitas; su cabello es ralo. El bigote le da un aspecto sombrío y feroz, particularmente cuando se irrita. Todo su cuerpo es flaco y descarnado. Su aspecto es el de un hombre de 65 años Al caminar agita incesantemente los brazos. No puede andar mucho a pie y se fatiga pronto. Le agrada tenderse o sentarse en la hamaca. Tiene frecuentes y súbitos arrebatos de ira, y entonces se pone como loco, se arroja en la hamaca y se desata en improperios y maldiciones contra cuantos le rodean. Le gusta proferir sarcasmos contra los ausentes, no lee más que literatura francesa de carácter liviano, es un jinete consumado y baila valses con pasión. Le agrada oírse hablar, y pronunciar brindis le deleita. En la adversidad, y cuando está privado de ayuda exterior, resulta completamente exento de pasiones y arranques temperamentales. Entonces se vuelve apacible, paciente, afable y hasta humilde. Oculta magistralmente sus defectos bajo la urbanidad de un hombre educado en el llamado beau monde, posee un talento casi asiático para el disimulo y conoce mucho mejor a los hombres que la mayor parte de sus compatriotas."
Cuba no se queda detrás, su historia y su presente sufren de la patología del caudillismo. El mismo Fidel Castro cuando tomó el poder en 1959 contaba con el apoyo del 90% de los cubanos, y fue con este 90% que logró construir el andamiaje de su sistema totalitario. Uno se puede preguntar ¿cuál es la razón para que Fidel lograra el totalitarismo que logró en Cuba? Es posible que la respuesta esté en que Fidel mismo no es más que la consumación, la materialización de la cultura política que ha existido en Cuba y que vienen desde los tiempos de la colonia.
F. Castro F. Batista
Ya la misma mentalidad que creció en las maniguas más que de redención creo una mentalidad que los problemas debían solucionarse “a punta de machete”. Humanistas como Martí pasarían por alto la alternativa al dialogo civilizado por la de llevar toda una nación a una guerra, auque las consecuencias de las mismas sean, como se conocen un alto precio en vidas y sufrimientos humanos. La republica lo lograría por mucho tiempo instituciones que funcionen y que hicieran progresar a la democracia, la democracia cubana quedaría atrapada por una segunda ocupación americana, 1906 – 1909, la dictadura del político liberal Gerardo Machado, la inestabilidad política que suscitó la revolución de 1933, la dictadura de Batista y finalmente cincuenta años de comunismo que han reducido la Isla a una pesadilla weyleriana.
Si consideramos que desde 1952 se cerró abruptamente la continuidad democrática cubana, muy bien se diría que la mayoría de los cubanos de hoy en día, que viven en Cuba no han conocido lo que es un pleno sistema democrático. Pero sin embargo en muchos de ellos está la esperanza de que un sistema democrático pueda traer prosperidad y libertad a Cuba. También así piensan los cubanos que viven en sistemas democráticos. Quizá se pueda hacer un paralelo con las expectativas que vivían los cubanos en tiempos de la colonia en cuanto a la independencia.
La praxis que se aplica hoy día para obtener lo que se le llama “libertad” va tomando otros caminos muchas veces, los de la razón, y se impone ante la alternativa de resolver los problemas “a punta de machete”. Pero todavía queda como un arrastre histórico y es el de la sacralización de los “lideres”. En el caso del exilio los “lideres del exilio” y en el caso de Cuba “los lideres de la oposición” los que en muchas veces padecen una cierta santificación que los convierte muchas veces en incuestionables.
En cierta manera estamos ante la misma situación que nos encontrábamos durante el periodo de la guerra contra España, las intervenciones americanas y las dictaduras que antecedieron al periodo comunista. Esto señalaría que aun hay una cierta tendencia al caudillismo que puede empañar a la Cuba post comunista, y que las fuerzas de la democracia en el futuro en vez de verterse en el crecimiento y fortalecimiento de una sociedad civil segura, se derramarían en la lucha entre los lideres políticos.
Si esto llegara a suceder significaría un retorno al viejo sistema, y la historia lo demuestra. Pensemos en el ejemplo de Venezuela, pero también en los ejemplos que nos han dejado muchos países de la antigua Europa Oriental en donde el caudillismo que se vio en muchos de los sistemas comunistas se reciclo transformándose en dictaduras. Ejemplos que se pueden nombrar es el de la antigua Yugoslavia, Bielorrusia y la misma Rusia.
Todos esperamos por una democratización de Cuba, se habla de una “genuina” democracia que significa para unos mayor participación política de otros grupos que no sean los oficialistas en la vida política del país. Otros esperan por la democratización de la economía, otros por más justicia social e integración social de los grupos mas marginados. En cierta medida la democracia lo logra.
La democracia a pesar de todas las faltas y las debilidades que pueda tener será siempre la mejor alternativa de convivencia ante los demás sistemas políticos que han existido hasta el momento en la historia de la humanidad. Aunque hay un problema discursivo en donde le cambia a la democracia de su estado de medio de convivencia humana al de un fin en si mismo. En este cambio de lente con que se mira la democracia está la posibilidad de que un medio de convivencia democrático sirva de medio para aquellos como Fidel y Chávez hayan quebrantado las normas de convivencias democráticas en sus países.
Uno se puede preguntar, ¿por qué la democracia es un medio en sí misma y no un fin en sí misma? Para poder entender este problema tenemos que tener en cuenta que sobre la democracia está la dignidad y el respeto que se merece cada persona, la libertad de cada persona. La democracia tiene que subordinarse absolutamente a esto llámemeles principios absolutos que su validez trasciende tiempo y espacio, como a su vez deberían de subordinarse los otros sistemas políticos que existiesen en el mundo. Si nos concentramos en la objetividad de la democracia y quitamos el foco de la atención en problemas como la pobreza y la marginación en la sociedad, por ejemplo, entonces no podemos hablar de de la democracia como instrumento de convivencia social, por que ya una parte de la sociedad seria excluida de participación de todos.
¿Por qué la democracia, en especial la latinoamericana, muestra síntomas de debilitamiento? Un argumento lo podemos encontrar en el relativismo cultural que vivimos que induce por ejemplo derribar principios absolutos, la dignidad humana es considerada en dependencia de la pertenencia ideológica, del éxito económico que haya logrado, según la capacidad productiva de cada cual, etc. Muchas de las tendencias de pensamiento dominante incitan a tener una concepción del mundo en que la verdad es la que el individuo mismo se crea desechando la posibilidad de una verdad absoluta (por lo menos de alguna forma) que conecte a cada persona entre ellas y así mismo a cada grupo humano.
¿Hay alguna alternativa en la democracia para Cuba? Puede ser, si los cubanos logran poco a poco una estabilidad social y educar para la convivencia democrática. En vez de acentuar el santoral patriótico en la educación, que al final se ha mostrado ineficiente en la formación de una cultura de respeto y de convivencia, se acentué la formación humanista en las escuelas cubanas. Cuba tiene mucho capital humanista que junto con la herencia que compartimos de toda la humanidad. Este cambio de educación a la democracia puede revertir la experiencia del comunismo, de las dictaduras y de las limitaciones que tuvo la democracia cubana, en algo que consolide la experiencia democrática que esperamos se nos avecine, y ya vivirla desde este momento.
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