viernes, 11 de diciembre de 2009

Herta Müller y el totalitarismo islamista o el estalinismo religioso

A veinte años de la caída del Muro de Berlín puede pensarse que el peligro de los totalitarismos ha quedado atrás, sin embargo se respira hoy día en la misma Europa aires de un nuevo totalitarismo, el del islamismo, así advierte Herta Müller, premio Nóbel de literatura. Quizá no nos deba de extrañar cuando leemos en la prensa sueca que se afirma que el terrorista causante de la explosión de la semana pasada en Somalia, el que murieran 23 personas, creció en Dinamarca, además que diez ciudadanos suecos se encuentran en estos momentos con los grupos islamistas somalíes, que el totalitarismo islamista crece en Europa.

HPIM6931 Articulo del diario sueco “Svenska Dagbladet” del 11 de diciembre en donde se dice que responsable de bomba en Somalia la semana pasada creció en Dinamarca.

¿No podemos consolarnos que por lo menos no hay un Kremlin, un cuartel general? Stalin está muerto pero Dios no está muerto, el partido se ha cambiado por Dios y el poliburo por los imanes. Estas son las ideas que Herta Müller desarrolla vienen de una entrevista que le realizara el periodista Niels Barfoed, publicada por la revista danesa Weekendavisen, nr 41 del 2006, a propósito de la visita de la Nóbel de literatura a ese país nórdico, y que apareciera también en una versión reelaborada en el nr 9 de diciembre de este año de la revista “Axess” de Suecia.

HPIM6924 Articulo sobre Herta Müller en la revista “Axess”.

Herta Müller se asombra de cómo después del nazismo, su padre perteneció a las SS, y del comunismo, cuando Rumania respira un aire de libertad, pudiera existir una amenaza totalitaria. Ella y su familia pertenecían a la minoria alemana en Rumania y su niñez y juventud las pasó bajo la dictadura de Ceausescus hasta que ella logró escapar a Alemania Occidental hace ya unos veinte años más o menos.

Lo que se está dando en el islamismo europeo lo ha vivido ella paralelamente. La idea es que los islamistas quieren un reconocimiento de lo que ella llama “El cuartel general”, queriendo ser más musulmanes que los propios musulmanes. Este problema Herta Müller lo experimento en carne propia con sus coterráneos, una minoría en Rumania que trataba de ser más alemana que los propios alemanes, que solo conseguían convertirse en unos alemanes anacrónicos.

Para ella los musulmanes daneses responsables del problema de las caricaturas de Mahoma lo que tenían era más que todo necesidad de un perfil, necesidad que satisficieron con métodos pocos convincentes. El objetivo era la agitación de los musulmanes. Una agitación que se legitima en Dios. Pero si su Dios bendice esta clase de métodos entonces uno tiene que preguntarse: ¿Qué clase de instancia es Dios para esas personas?

 

Entrega del premio Nóbel de literatura a Herta Müller de manos del rey Carlos XVI Gustavo de Suecia.

Herta Müller se considera a sí misma atea, ella no tiene ningún dios, le es igual si los otros tienen algún dios, eso es un problema de cada cual. Cada uno que decida en donde buscar sus valores o donde cada quien funda su vida y que les estimula a trabajar o a ir en contra de otros. Por eso ella no puede aceptar llamarse infiel por los islamistas. Esto es humillante. De todas formas crea o no crea uno, los mismos nos deben respeto a nosotros.

En basamento para esta afirmación es por eso que se ha logrado en occidente en lo referente al individuo y en lo cual se basan las instituciones, los derechos y las leyes. La persona como individuo y ella puede definirse a sí misma como ella misma le parezca. Esto tienen las otras culturas que aceptar y vivir con ello. Occidente ha descubierto la tolerancia y ridiculizarla es una ofensa.

La solución que los imanes quieren darle a la desesperada situación de los musulmanes en Europa, que tiene su cúspide en las caricaturas de Mahoma, es la de volverse a lo que Herta Müller llama como el centro religioso del Medio Oriente. Esto problemas van desde el emplazamientos en guetos, los problemas con las autoridades de emigración y la situación de la integración de las grandes ciudades. En este caso según Herta se mezclan dos cosas que todo abuso contra un individuo afecta a todas las personas maltratadas en el mundo moderno. Los tratos humillantes por parte del sistema no son monopolio de sólo los musulmanes, y en este caso no tienen ninguna posición especial.

Herta Müller echa una mirada a los resultados de hechos como la muerte del cineasta holandés Theo Van Gogh y las amenazas de muerte contra el caricaturista danés del “Jyllands Post”. Además ella se pregunta cuánto han ayudado estos hechos a que los jóvenes musulmanes consigan trabajo en Holanda y Dinamarca, y en cuanto mejora la situación de los que viven en los guetos que los imanes corran hacia los centros religiosos del Medio Oriente.

Es que para Herta la solución del problema no está en la mezquita sino en los cambios de las leyes, en las instituciones occidentales y en la opinión publica. Y en el caso de la opinión pública se debe enfocar al totalitarismo islamista ya que en el encuentro con el Islam aparece occidente desorientado referente a como explicarse todo este fenómeno. Para este encuentro con el Islam el mismo tiene que separar lo que es político y lo que es religioso. En lo referente a la política lo que vemos es un puro estalinismo religioso, aunque ve Herta que es importante ayudar a los musulmanes demócratas que salen de los emigrantes tanto como se pueda.

Para entender las palabras de Herta Müller hay que ver la problemática del Islam como un conflicto en donde se especifica claramente donde está la religión y donde está la política. Esto deja una espesa neblina sobre donde están los limites de cada cual situación que aprovechan los ideólogos del islamismo para su ataque contra el individuo y las sociedades democráticas. Al mismo tiempo hay que ver que las sociedades occidentales muchas veces padecen de las mismas debilidades del islamismo y el comunismo, al menos la de la colectivización, o no es una colectivización el hecho de que en muchos casos en estos mismos países occidentales, Europa sobre todo, se considera en muchos aspecto a los emigrantes como un conjunto, muchas veces sin considerar las distinciones de religión, cultura y origen étnico o lingüístico y desvalorizan la parte individual. Situación que aprovechan muchos radicales, no sólo los islamistas también los castristas y muchos otros.

cd5b810ae7a0802990d7d110.L._SL500_AA240_[1] No sería mejor que el titulo de este libro fuera occidentalizado:    “Los exiliados indomables”.

Herta Müller se da cuenta que el lado fuerte de los totalitarismos es su natural propensión de convertir a los individuos en masa, conceptualizar la des - individualización. Pienso en Cuba como se oprime a los individuos para insertarlos en una masa que a veces se le llama “pueblo”, a veces “trabajadores”, “revolucionarios” o “gusanos” o “contrarrevolucionarios”. Este fenómeno de quebrar el universo de los individuos para formar un bloque, en dependencia de intereses ideológicos lo tenemos presente en muchos contextos políticos entre los cubanos exiliados en Miami, está sobretodo cuando se habla del Exilio como un bloque que des – individualiza a esa gran cantidad de individuos que forma cada uno de los exiliados cubanos con sus peculiaridades, en el lugar que cada uno se pueda encontrar.

Herta Müller quiere que el totalitarismo islamista se tome en serio teniendo en cuenta la experiencia que Europa ha pasado. Pero parece que el mundo no toma con interés Herta Müller pone por ejemplo el problema y la experiencia de los sistemas totalitarios talmente parece apagarse y caer en el olvido. Lo que acontece en Irak por ejemplo en donde tantos y tantos terroristas cruzan la frontera desde Irán para en contubernio con sus antiguos enemigos los seguidores de Sadam cometer horrendos actos terroristas. Más importancia se le da a la ocupación americana y al petróleo.

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